De cascos rojos y bomberos

Casco rojo de bomberos

Casco rojo de bomberos. Fuente: pngocean

Hace unos días leía el artículo de Jordi Raich ¿Haití? Ni un duro. El autor de El espejismo humanitario — imprescindible para mí, tanto para profesionales de la cooperación al desarrollo como para quien hace donativos o paga impuestos (casi todos, vamos) — hace una dura crítica en esta columna sobre la desastrosa descoordinación de la ayuda humanitaria en Haití, en concreto, y en cualquier parte del mundo, en general.

Vuelven a la carga hoy en El País René Préval y Nicole Guedj —Para la creación de los Cascos Rojos a la ONU — abogando, como reza el título, por la creación de unos Cascos Rojos, el equivalente solidario/humanitario de los Cascos Azules de las Naciones Unidas.

Recuerdo una conversación hace unos años sobre la necesidad de tener o no ejércitos, o sobre el mayor o menor tamaño de los mismos (y gasto en Defensa en general). Nos habíamos puesto (más o menos) de acuerdo en que si había policía para garantizar el cumplimiento de la Ley, debía haber ejércitos para garantizar el cumplimiento de la «leyes internacional» y, en sentido amplio, el orden internacional (decidimos dejar aparte la cuestión de si los ejércitos eran consecuencia o causa de la violación de dichas leyes, que era el fondo del desencuentro).

Habiendo llegado al punto que vale, que sí, de acuerdo, necesitamos ejércitos, y metidos en el tema del tamaño, uno de los interlocutores decidió zanjar la cuestión con al fin y al cabo, los ejércitos participan esporádicamente en guerras: su principal fin es la acción humanitaria, tanto dentro como fuera de las fronteras: debemos crear ejércitos verdes. A lo que no pude contener un eso ya está inventado, y se llama bomberos: gastemos, pues, la mitad en ejércitos y el doble en bomberos.

Lo que proponen René Préval y Nicole Guedj, Jordi Raich, y otros muchos es tan simple y tan complejo como eso: a cada problema su solución. El gasto en defensa es exagerado y la excusa de su utilización en ayuda humanitaria me parece insultante. Una búsqueda rápida por Internet nos dice que un fusil de asalto M16 — la principal arma de la infantería norteamericana — cuesta no menos de 20.000 US$. Media docena de M16 cuestan lo que una UCI Móvil, siendo las prestaciones de esta última, en materia de ayuda humanitaria manifiestamente mayores que los fusiles de asalto (y eso sin contar el coste de la munición).

En Catalunya hace años se tuvo la feliz idea de crear los GRAF, los GEO de los bomberos, un cuerpo de bomberos de élite para hacer más eficiente la lucha contra el fuego. Aún así, el fuego a veces gana. A lo mejor habría que dotar a esos GRAF, o a los Cascos Rojos, con algún que otro M16. A poder ser, previo canje por una UCI Móvil. Por ejemplo.

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