En 1971, Ivan Illich publicaba Deschooling Society donde criticaba la creación de «embudos educativos» a través de los cuales se hacen pasar a todos los escolares para que reciban una educación universal (universal en muchos sentidos).
Si bien es cierto que la industrialización de la educación ha tenido sus efectos positivos, es también cierto que su origen se dan en un lugar y un tiempo determinados: la sociedad industrial.
En la nueva economía digital, muchas de las antiguas barreras físicas han desaparecido. Los bienes digitales no son escasos, sino que pueden crearse, copiarse y distribuirse sin apenas coste. Asimismo, los costes de transacción, de coordinación, entre agentes han caído también a niveles irrisorios hace unos años. Y muchas instituciones tienen ante sí la disyuntiva de adaptarse o extinguirse. Las instituciones educativas — escuelas, universidades, profesores, editores de materiales educativos, etc. — son unas de ellas.
Durante la sociedad industrial, el conocimiento se plasmaba en (a) libros y (b) «sabios». Los primeros eran escasos, dado que reproducirlos era caro. Además, acceder a todos y cada uno de ellos era también caro, con lo que se decidió que sería más eficiente agruparlos en sitios que hicieran valer la pena desplazarse a consultar un libro: las bibliotecas.
A medida que los que consultaban los libros fueron viajando a las bibliotecas, se consideró que era mejor que viviesen (y trabajasen) alrededor de estas. Escuelas y, sobre todo, universidades se erigieron alrededor de los libros que contenían todo el saber. El siguiente paso lógico fue la concentración de aprendices (estudiantes) alrededor de los sabios que estaban concentrados (a su vez) alrededor de los libros.
Si tenemos escuelas y universidades es, entre otras cosas, porque es una forma eficiente de distribuir el saber: concentrándolo.
En una economía digital, ni los libros son ya escasos (porque pueden copiarse prácticamente a coste cero), ni el acceso a los mismos es costoso (porque lo hacemos navegando por Internet en pantuflas y desde casa). Y lo mismo con el acceso a los «sabios»: sus clases y conferencias en YouTube, sus presentaciones en Slideshare, sus artículos en sus sitios web (y por todas partes), su correo electrónico a un clic de distancia…
¿Sigue siendo la concentración del sistema educativo en escuelas y universidades la opción más eficiente en una sociedad digital?
Es probable que las instituciones educativas deban cambiar ya no de modelo, sino de papel en la sociedad. Cuando el papel de concentrar y distribuir conocimiento por una cuestión de costes ya no es relevante, el modelo y el papel probablemente deben cambiar. Y probablemente tomar una derivada más cualitativa.
Hoy en día es no solamente factible sino fácil aprender en casa, en el lugar de trabajo, en cualquier sitio. El aprendizaje informal puede ser tan intenso y efectivo como el aprendizaje formal, el que tiene lugar en las instituciones educativas: aprendizaje centrado en el estudiante, aprendizaje entre pares, aprender haciendo, entornos colaborativos de aprendizaje, entornos personales de aprendizaje, comunidades de práctica…
¿Iniciamos el debate?
Esta entrada pertenece al un ciclo de entradas alrededor del Mozilla Drumbeat Festival que tendrá lugar en Barcelona del 3 al 5 de noviembre de 2010:
- Desinstitucionalizando la educación.
- Del aprendizaje no formal al aprendizaje informal.
- Nuevos contenidos y nuevas plataformas de aprendizaje.
- Evaluación y reconocimiento del aprendizaje en la Sociedad de la Información.
Escriben también sobre el tema:
- Recreando el Bazar, de Alina Mierlus.
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34 Comments a “Desinstitucionalizando la educación” »
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Me gustaría hacerte una pregunta (extensible a todo el que se pase por aquí). Pero antes tengo que situarla un poco.
El discurso del fin de la escuela industrial habla de personalización, comunicación, flexibilidad, conocimiento, libertad, antiinstitucinalización. Esto mismo decimos de la economía postfordista (por identificarla de alguna manera). Detrás de esta retórica económica, hemos encontrado: desregulación, precariedad, asunción de todos los riesgos para el trabajador, inseguridad laboral, etc.
Ok, ahora la pregunta. ¿Por qué confiar en que con la escuela postindustrial iba a suceder algo diferente de lo que ha pasado en la economía? ¿Sería posible pensar en un escenario de «precariedad educativa» igual que hablamos de «precariedad laboral»? ¿Están por llegar los aprendices «mileuristas»?
Jejeje, esta reflexión fué una de las bases que iniciaron nuestro camino en eoi con nuestro plan 2020… :D
Hace solo 3 mesos que me he «connectado» en el Twitter y la visión de mi papel como profesor está cambiando cada vez más. Antes sentía el «poder» del conocimiento en mi. Ahora solo me siento un medidaor, un hub, un enlace del conocimeitno… En el Twitter he aprendido conceptos como la ubicuidad del aprendizaje y el uso de estrategias digitales en la educación. En fin, que «soy otro». Sin duda el mundo, la educació, mi yo-profesor se está transformando. @ictlogist, hablas de la desinstitucionalización de la educación… Pero, solo hace unos pocos años que tenemos educación formal, no te parece que la educación informal, no-formal, oculta ha estado siempre presente. No será SOLO que en estos momentos de acceso-exceso de información-comunicación, los profesionales de la educación, nos damos cuenta que nuestro papel debe cambiar? No seremos etnocentristas twitterianos? Gracias por el post. Simple y claro.
Creo que lo mejor se puede estar dando por el camino hacia formalizar o «deformalizar» aprendizajes en el contexto de desindustrialización del conocimiento que expones… Procesos a tener en cuenta durante todo este tiempo de cambios: desde lo formal a lo informal (por ejemplo la evaluación cualitativa de universitarios que trabajan en torno a una entrada de Wikipedia: http://ves.cat/alb3) pero también a la inversa (aprendices/expertos P2P que se aglutinan en torno a algo a lo que deciden llamar curso, clase, tarea, titulación: http://p2pu.org). Ambos ejemplos estarán «in progress» durante el Drumbeat, por cierto :)
Ups, paso de nuevo los ejemplos :(
Formal > Informal: http://ca.wikipedia.org/wiki/Viquiprojecte:Imatge_i_Llenguatge_Visual_(UOC)
Informal > Formal: http://vimeo.com/11158136
Empezaré por la fácil ;)
Gil, por supuesto que siempre ha habido educación informal o no-formal. Tenemos, sin embargo, ahora, dos grandes diferencias.
La primera, que ya comentaba en la entrada, es el acceso a la información y a los «sabios». Hace 50 años, (y pondré un ejemplo que conozco más o menos bien) una persona que trabajaba en una oficina bancaria aprendía (informalmente) en su lugar de trabajo fundamentalmente a base de (a) increpar a sus tres o cuatro compañeros de oficina y (b) leer la prensa económica; como mucho podía asistir a uno de esos famosos cursos de «reciclaje» una vez al año (o cada tres o cuatro años).
Ahora, «la Caixa» tiene la red Virtaula, una inmensa comunidad virtual de sus miles de trabajadores en la que intercambian documentos e impresiones y dudas y proyectos, mantienen sesiones formativas programadas y tienen espacios no programados para el apoyo mutuo. Y de una forma totalmente horizontal y descentralizada.
Sigue siendo aprendizaje informal, pero el cambio es de diversos órdenes de magnitud. Y ese cambio tan sustancial, necesariamente, debe ir acompañado por un cambio en todas las esferas, también la discente o del formador.
Daniel,
Tiene miga la pregunta.
En mi opinión (y destaco lo de «mi» y lo de «opinión») no hay aprendices mileuristas, sino conocimiento(s) que el mercado de trabajo no es capaz de capitalizar o de monetizar. Y el sistema educativo actual y, sobre todo, su sistema de acreditación están determinados por este hecho.
Dicho esto, es cierto que gran parte del tema alrededor de lo que llamamos «Educación 2.0» (y similares: Edupunk, open social learning, etc.) parte de la premisa que el ser humano es curioso por definición, y que tiende a aprender sobre lo que le interesa. Dejando al margen si lo que le interesa interesa también al mercado (ver párrafo anterior), es cierto que todos conocemos ejemplos donde algunos individuos no sienten curiosidad alguna por absolutamente nada. De ser esto cierto, si la «Educación 2.0» pasa gran parte de la responsabilidad al estudiante ¿habrá estudiantes que no sepan qué hacer con tanta responsabilidad y se echen a perder? Seguramente…
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Es un tiempo para repensar la educación, sí. Pero no sólo la efectividad individual de la educación. No creo que se trate de buscar la manera de aprender más eficiente para el individuo. Creo que el debate se sitúa, más bien que en una u otra manera de educar, en cómo integrar. En cómo permitir que cada uno encuentre su eficiencia.
Por convicción personal, creo que la sociedad, a través de su instrumento fundamental, el estado (en cualquiera de sus formas, incluso supranacionales) no debe renunciar a indicar a un individuo, mediante un currículum, qué espera de su educación. Y también debe ofrecerle organización educativa y apoyo para desarrollarlo. Por tanto, no creo que la institución pública educativa, o equivalentes privados homologados, deban desaparecer. Otra cosa es si son caminos obligatorios, sin mantienen el monopolio de la certificación académica, si siguen existiendo «disciplinas», o siguiera cursos año tras año…
Por otro lado, no creo tampoco que un individuo deba renunciar a poder moldear ese currículum en función de las circunstancias que vive en cada momento y de sus expectativas de futuro.
Me parece que no aporto mucho y que lo dejo muy abierto, ¿verdad? ;)
¡Un saludo y felicidades por seguir manteniendo vivo el debate!
Totalmente de acuerdo, José L. De hecho, precisamente este tema pensaba tocarlo en la 4a entrada de la serie :)
Por otra parte, vivimos tiempos en los que o bien el mercado “debe ser” quien defina los currículos, o bien el individuo deba “tener total libertad” en su educación. Se presenta una (para mí) falsa disyuntiva en la que, coincido contigo, no necesariamente la libertad de escoger debe estar ausente de un contexto social y viceversa.
Y… no sé si aportas mucho o poco, pero es que el debate está muy abierto y más que debe estar ;)
i.
Cierto José L. la educación está al servició de alguna u otra institución académica. Negarlo es negar lo evidente. Por eso se ha institucionalizado la educación (académicamente, culturalmente, lo que sea…): educar es un sistema de control individual. Y me huele que la edupunk, para mostrar un ejemple «anti»algo, también…
Ismael, gracias por la respuesta. De todas formas aun no se ver (soy miope por naturaleza, ja, ja, ja) el cambio de paradigma. Las redes sociales siempre han existido (clubes, asociaciones…), los intercambios entre iguales también (el truque es tan viejo como la sociedad). En mi opinión, la información-comunicación y el acceso se ha incrementado de forma increible, pero me parece que el cambio solo está en la forma, en la cantidad y en el tiempo de emisión-recepción de la información… Vygotsky hablaba de medidación y no hablaba de ordenadores, ni de internet pero sí de instrumentos a los que podemos equiparar a estos medios. No será que miramos demasiado que si el blog, que si el twitter, que si… Pero que en realidad solo cambia la forma de aprender fuera de la escuela?
Ya ves, me gusta este canal de formacion informal. Puedes seguir por lo difícil ;) quizá te entiendo. Hay que probarlo! Gracias.
Gil, dos matices a mi comentario anterior :)
El primero (y coincido aquí contigo) es que, ciertamente, de momento y en muchos aspectos hablamos más de un potencial de cambio que no de un cambio real: el tablero está dispuesto y ahora toca empezar a jugar, solamente hemos movido unas pocas fichas… y algunos se han enrocado ya en la tercera jugada.
El segundo es que se cambio en «la forma, en la cantidad y en el tiempo de emisión-recepción de la información» no es menor, ni mucho menos.
Antes de la revolución industrial, la gente ya se desplazaba entre ciudades en carro, había comercio a nivel planetario y existían las escuelas y las universidades. Sin embargo, la invención de la máquina de vapor y, todavía más, del motor de explosión, hicieron el mundo más pequeño, mucho más pequeño. Nuestros asentamientos humanos son como son por la existencia de coches, ni más ni menos: la disposición interna de nuestras ciudades y las grandes infraestructuras del s.XX responden a la necesidad de facilitar el transporte rodado, por carretera o por ferrocarril. Y esto determina cómo nos socializamos, cómo nos hacemos personas, de quién nos enamoramos, dónde y de qué trabajamos…
Las escuelas y universidades de finales del s.XX no tienen nada que ver con la universidad medieval. Pero no solamente en la forma, sino en el fondo: la educación ya no es cosa de élites, lo que significa que más población está más educada, con su impacto en la acción ciudadana y el ejercicio de la democracia, en la realización personal, en el nivel de bienestar individual y colectivo, en el tipo de ocio que tenemos…
Ese cambio en «la forma, en la cantidad y en el tiempo de emisión-recepción de la información» ha significado que las transacciones financieras ya no suceden en una rincón de Antwerp o de Amberes entre unos pocos señores que intercambian títulos de la Companía de las Indias Orientales. Las transacciones ahora se hacen electrónicamente, en una cantidad mayor al PIB de varios países juntos cada hora. Esta volatilidad ha acabado en muchos aspectos con las jurisdicciones de los Estados, ha disminuido el poder de los gobiernos de controlar la política monetaria, ha minado su capacidad de hacer políticas (sociales o de cualquier otro tipo) y con ello ha debilitado, indirectamente, la acción democrática de sus ciudadanos, la efectividad de sus movilizaciones, etc.
Son cambios formales que conllevan y conllevarán cambios sistémicos.
Que Vygotsky siga vigente (y mucho, yo así lo creo) no significa que su contexto no haya cambiado en los 100 años que nos separan de él. ¿Podemos definir la zona de desarrollo próximo de la misma forma con o sin Internet? En mi opinión no, entre otras cosas porque ha cambiado radicalmente la definición de sus extremos por la aparición de Internet: lo que el estudiante puede hacer con ayuda, lo que el estudiante puede hacer sin ayuda.
Mi duda es: ¿se puede desinstitucionalizar la educación pero seguir manteniendo los intereses sociales defendidos por las instituciones que conforman el estado democrático?
¿Es posible desinstitucionalizar la educación manteniendo al mercado como una fuerza secundaria?
Yo no tengo ni idea de la respuesta ni de lo que implica, pero me ha llamado la atención esto que acaba de escribir Stephen Downes.
http://halfanhour.blogspot.com/2010/10/open-education-and-market-forces.html
José L.,
Creo que Downes resume en la siguiente frase lo que yo también creo: «El argumento desde una perspectiva de la libertad individual no es un argumento a favor de políticas educativas con preponderancia del mercado; es un argumento contra ello» (traducción libre del original).
Dicho de otro modo: desinstitucionalizar la educación no significa que las instituciones gubernamentales pierden peso en la educación, sino que son todas las instituciones educativas (sector privado incluido) las que deban cambiar de rol y de modelo.
Francamente, yo tampoco tengo idea de la respuesta ;) pero si me pongo el gorro utópico, me gusta pensar que esa «desinstitucionalización» es, en realidad, devolver al individuo capacidad de decisión, de responsabilidad, de gobierno sobre uno mismo… lo que solemos llamar empoderamiento. Y ese empoderamiento personal, por el hecho de enmarcarse en una Sociedad Red, también redunda en un fortalecimiento de las redes personales, del concepto de comunidad, de tribu, de ágora de decisión colectiva, donde los ciudadanos acuden a decidir entre todos pero desde un punto de partida de mayor fuerza/empoderamiento personal.
Me gusta mucho cómo lo formulas: una sociedad más fuerte gracias a sus individuos más empoderados. Me encanta y lo comparto sin reservas. :)
Y si, para eso las instituciones tiene que variar su rol, con el empoderamiento como eje. Lo que me despista es la palabra desinstitucionalizar, porque quitar instituciones no encaja del todo con la idea anterior, creo. Empoderar a individuos en un marco como el actual, con las fuerzas de mercado desatadas y sin contrapeso se hace difícil sin instituciones fuertes, que lo garanticen. Creo…
¿Podría ser más bien reinstitucionalizar?
Pero por otro lado, la reinstitucionalización tendrá que luchar contra la inercia previa, institucional también… ¡Qué lío! Pobre del que asuma ese encargo… Lo va a pasar mal…
Un saludo y perdona si me excedo con tanta pregunta… :)
José L.,
Yo también creo que las instituciones son más que necesarias: forman parte de la decisión y la organización colectiva, y son imprescindibles para que la vida en comunidad no se paralice por la gestión diaria de la misma.
Seguramente «reinstitucionalización» sería más correcto que «desinstitucionalización». Mi intención usando esta última era poner de relieve que esa reinstitucionalización será, en parte, a costa de desinstitucionalizar parte del sistema económico y social.
(esto parece un trabalenguas ;)
¡Gracias Ismael!
Me he aclarado mucho con este intercambio (desigual, porque yo he recibido mucho más de lo que he dado :) ). Especialmente me quedo con que una sociedad fuerte empodera a sus miembros, sin temor alguno.
Sigo leyéndote y espero poder devolver algo de lo que recibo cuando pueda! :) Un saludo.
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Hola Ismael,
en general estoy de acuerdo con el artículo. He destacado en el siguiente enlace la parte que más me toca como arquitecto de este tema.
http://pacogonzalez.info/post/1358906852/sigue-siendo-la-concentracion-del-sistema-educativo-en
Al igual que en los comentarios pienso que hablas de re-instituir la educación, sea la Universidad o las escuelas.
Sin embargo, creo que el paradigma de la distribución del contenido en la sociedad digital y el ejemplo que pones para reformular espacialmente los centros educativos olvida lo siguiente:
No sólo los libros, como símbolo del conocimiento, justificaban la concentración espacial. La presencia de diferentes personas y saberes en un mismo espacio/tiempo también lo hace. Hay muchos ejemplos de avances y descubrimientos que hablan de ese cruce de saberes a través de las personas que coinciden en un mismo espacio tiempo.
Otro debate, y con el que creo que coincidiremos es si la arquitectura de Universidades y escuelas reflejan actualmente ese nuevo paradigma del conocimiento distribuido. Por ponerlo en algo concreto: igual ya no son tan necesarios edificios o campus construidos para acceder a las bibliotecas y sí lo son espacios de encuentro e intercambio temporales.
saludos!
Paco, creo que el 4º y 5º párrafos hablan precisamente de eso, de que no solamente se trataba de concentrar contenidos, sino también sabios, o expertos :)
Pero, como en el caso de los contenidos, que ahora uno puede acceder a ellos con una conexión a la red, lo mismo sucede con las personas. Por poner un ejemplo cercano, esta conversación la estamos teniendo separados por unos 1.000 Km. José Luis está en Almería, Fernando (supongo que) en Madrid, Daniel en Sevilla, Enric entre Barcelona y Cornellà, y Gil supongo que en Vic. No está mal como concentración deslocalizada.
Y sí, coincido al 100% contigo que tanto el concepto de campus como el de aula han quedado muy anclados en un modelo concreto de docencia y aprendizaje. Creo que cada vez son más necesarios espacios que permitan «sentarse en círculo», cosa ahora dificilísima; espacios de trabajo colaborativo alrededor de uno o varios ordenadores, pizarras o similares, etc.
Quizá deberíamos seguir la conversación en el último post…
En cualquier caso, me gustaría añadir una pregunta a colación del comentario de Paco. El edifico educa y nuestros espacios universitarios no lo hacen en el sentido que Paco comenta. La estructura de clases y su distribución horaria también. Y parece que cambiarlo es demasiado costoso… Por otro lado tengo compañeros de trabajo que les parece difícil, estraño, notar esta desinstitucionalización de la educación ya que ellos son quienes saben y deben enseñar el qué y el cómo. Ahí va mi pregunta: parece difícil que las instituciones educativas cambien su estructura a corto-medio plazo pero, ¿y los profesores-educadores, están dispuestos a reconocer la pérdidad de centralidad de su ego-profesional? Cómo lo haremos pues?
Es verdad lo de los espacios-aula. Son muy limitados. Y costosa su modificación. Pero sí permiten un cierto margen de maniobra. Sustituir los pupitres individuales por amplias mesas redondas sería toda una declaración de intenciones, creo.
Es solo un ejemplo. Pero estaría bien seguir tensionando la educación tanto como sea posible. La entrada de las tIC, incluida la PDI puede ser asumida por el sistema. Pero si añadimos nuevos cambios, como mesas redondas en el aula en sustitución del pupitre individual, la tensión acumulada puede promover el cambio deseado acumulando fuerzas y haciendo aceptable modificaciones que hoy no se admiten.
Otro pequeño cambio es que los exámenes se puedan hacer con internet y/o libros. Y así…
Esos cambios, pequeños, acumulativos, si que pueden darlos las instituciones actuales, creo… No suponen grandes costes y pueden promover otros necesarios, que sí los requieran. Como los espacios.
Cierto José, pero no sólo son las mesas. Son los espacios físicos aula, los espacios y equipamientos de la biblioteca, son las salas de estudio y su equipamiento, son los departamentos de los profesores, son los espacios públicos de la universidad. Y además la gestión eficiente de los horarios de clase en espacios flexibles, los horarios en combinación con otros profesores, la concepción integrada del conocimiento…
El cambio de intenciones es el inicio del cambio de paradigma: el cambio de rol del propio alumno (que ha crecido en una educación formal diferente de la que planteamos), el cambio de rol del propio profesor (formado personalmente en un modelo formal y a la vez trabajador durante muchos años de este modelo), el rol de los gestores-coordinadores (que la educación formal les enseña el mantenimiento de las estructuras personales-colectivas), el rol de la universidad… Demasiados cambios me parece.
Seguimos el enriquecedor debate ;)
Sobre la pregunta de Gil en #21, yo creo que la paleta de colores va del negro total al más blanco de los blancos, es decir, que hay desde el más edu-utópico para el cual todo cambio ya es antiguo, y el resistente más recalcitrante.
Yo soy tirando a optimista: creo que aunque muy lento, habrá cambio.
Hace unos años (o décadas) nadie que no fuese un académico daba clases en la Universidad. Hoy, los máster más profesionalizadores están mayoritariamente impartidos por profesionales del sector.
Hace todavía menos años era impensable que una empresa tuviese voz (por no decir voto) en un plan docente. Hoy en día tenemos cursos muy reputados donde se establecen alianzas universidad-empresa, universidad-sociedad civil (p.ej. ONG) o universidad-gobierno para diseñar e impartir determinados cursos. La UOC misma — por poner un ejemplo próximo — tiene másters diseñados con CISCO, Cruz Roja o la FAO.
Creo que más allá de unos pocos con creencias personales muy arraigadas (el «ego-profesional» que comenta Gil), el problema está en (a) los recursos y (b) los incentivos, estos últimos muy ligados al sistema de acreditación por el cual se evalúa la docencia y la investigación.
Confío que, cambiando esto último, el resto vendría de forma más que suave.
«No se púede decir nada más» que diría alguien muy inteligente del inteligentísimo mundo del fútbol. Gracias por la fast-lección.
Sólo me queda una duda o un miedo: no será, que MÁS QUE NUNCA (ya que en parte siempre ha sido así), que la educación está al servicio de la productividad, del consumismo, de la empresa-estado… ? Un ejemplo: tengo dos niñas de P4 y P5. Ambas van a una escuela de modelo integrador, constructivista, que fomenta el desarrollo personal. Pero sabes cuál es el valor que me transmiten cada día? «Papa hoy hemos trabajado esto, hemos trabajado aquéllo», «hoy hemos trabajado mucho!» «Haremos un trabajo en casa?» son comentarios frecuentes… Encima tanto su padre, como su madre trabajan y trabajan mucho… Bueno, si la educación infantil ya es así y la universidad es el colofón, uf qué miedo! Seré demasiado negro-edu-utópico quizás?
Me gustaría pensar que la educación es el proceso de construcción del proceso de individuación y construcción social del sujeto, no del sujeto económico y productivo del estado o de la empresa…
@gil en #22 Si estoy de acuerdo en los espacios. Las mesas no las planteaba en realidad como mobiliario, sino como abrelatas (paso fáciles para añadir tensión y que llegaran otras cosas más difíciles). Solamente era un ejemplo. Estoy completamente de acuerdo en que los espacios (y los tiempos) están obsoletos y bloquean cambios precisos. :)
J.L.Castillo: pero aun así, creo que las cosas cambiaran, más tarde o temprano. Y nosotros y este foro colaboran en ello. Empezaremos lentamente con una «mesa redonda», pero llegaremos. Tengo confianza en el futuro.
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Hola a todos.
Me saltan a la mente 3 aspectos:
1) Considero que no todo modelo ni rol de la Escuela Institucional ha centrado sus esfuerzos en el «saber» y en la «distribución del conocimiento». Tenemos el caso de Escuelas con modelos constructivistas, tales como Montessori, Décroly, Freinet, etc.
2)Tengo entendido que el concepto de la Educación No Formal y la Educación Formal se refieren a otros conceptos, y no necesariamente la Educación Informal se refiere a la Educación Digital.
3)Opino que tanto el «aprendizaje colaborativo» como el «autoaprendizaje» son sin duda muy productivos y eficientes, pero no necesariamente es para todo tipo de estudiante. Es importante recalcar que no hay mejores modelos de aprendizaje, simplemente se elijen de acuerdo a un contexto muy extenso.
Hola Dam,
De acuerdo en (1), pero también estaremos de acuerdo que son, siendo generosos, modelos minoritarios.
Sobre (2), creo que en ningún lugar he afirmado que la educación informal se refiera a educación digital. Si lo ha parecido, no lo creo en absoluto. Lo que sí afirmo es que la educación (en general, pero especialmente el ámbito de lo no formal) se beneficia y mucho de Internet, los contenidos abiertos, los espacios de comunicación horizontal (foros, redes sociales, etc.), etc.
De acuerdo también en (3). A lo que me refería más arriba es que esos dos modelos (aprendizaje colaborativo y autoaprendizaje), con Internet, son conceptos totalmente distintos a como los definíamos y entendíamos hace 50 años. No es lo mismo el autoaprendizaje en 1950, basado en un libro que uno recibe por correo, un programa de televisión o radio educativa y poco más, a las casi infinitas posibilidades que hay para los autodidactas con solamente poder acceder a Internet. Y lo mismo para el trabajo colaborativo. Por ahí iba la línea argumental.
:)
i.
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