Ir al Parlamento con los deberes hechos

El Parlament de Catalunya ha rechazado hoy prohibir el fracking por ley aunque, en su lugar, sí ha aprobado crear una comisión para investigar los pros y contras de dicha técnica.

A simple vista, nada que oponer. La cuestión del fracking — como cualquier otra cuestión, dicho sea de paso — tiene muchas aristas técnicas y afecta a suficientes ámbitos de la sociedad (medio ambiente, economía, bienestar de las comunidades afectadas, etc.) como para que su aproximación sea compleja. Así pues, es lo más normal que no se quiera votar sin ton ni son, sin fundamento, únicamente basados en apriorismos, en sesgos ideológicos o, peor, empujados por grupos con intereses particulares (y no de conjunto).

Hasta aquí, bien. ¿Sí? No del todo.

Eso estaría bien en un mundo con difícil acceso a la información y las comunicaciones. Es difícil acceder a los especialistas en la materia, es difícil hablar con los afectados, es difícil contrapesar las necesidades de los grupos de interés y, sobre todo, es difícil, caro y arduo generar un debate alrededor del tema. Por tanto, se reúnen los diputados y acuerdan, con muy buen criterio, que el Parlamento concentre los esfuerzos y los recursos y sufrague los costes de fundamentar una ley (o su rechazo).

Pero existe Internet. Y hay un buen número de ciudadanos deseosos de participar aunque prefiera hacerlo desde fuera de las instituciones. Ciudadanos que pueden aportar los puntos de vista y conocimientos necesarios para documentar bien un proceso legislativo.

Pero los partidos viven de espaldas a ellos. Y a sí mismos.

Los partidos y su información sobre el fracking

El grupo ICV-EUiA presentó el 17 de diciembre de 2012 su propuesta de ley de prohibición de prospecciones y explotaciones de hidrocarburos no convencionales por medio de fractura hidráulica (fracking). Aparece disponible en la web de Iniciativa (no del grupo parlamentario), hoy, 10 de abril de 2013, 4 meses después. Buscando un poco, la única información complementaria a esa ley es una campaña de sensibilización sobre los riesgos del fracking iniciada en marzo de 2013, o unas declaraciones criticando el grupo de trabajo interdepartamental de la Generalitat.

Las CUP aportan mucha movilización en el territorio, pero ningún documento que sustente o justifique dicha movilización. Vale lo mismo para el tercer grupo que hoy apoyaba la Ley, el PSC, con algunas declaraciones y la mención al plan energético nacional.

Por último, otro de los grandes impulsores del movimiento anti-fracking en el Parlament, Ciutadans per Catalunya, se hace eco de su propuesta de crear una comisión de estudio del fracking en el Parlament, pero ni rastro en su argumentario.

Por supuesto, ni una palabra sobre el tema en el PP o CiU, que se oponían a la ley pero sin que lleguemos a saber el porqué.

Sobre el grupo de trabajo interdepartamental de la Generalitat sobre la extracció de hidrocarburs por fractura hidráulica, a dos meses de su creación y a un mes de su (en principio) informe sobre el asunto, no consta ni web, ni composición, ni objetivos, ni plan, ni estado de la situación.

El debate y la información sobre el fracking en el mundo

El fracking no es una técnica reciente, aunque sí ha visto un auge en los últimos años tanto por un abaratamiento de costes en la técnica, el incremento de costes de las técnicas habituales de extracción de crudo y, sobre todo, el agotamiento de los pozos susceptibles de extracción por otros métodos.

La siguiente gráfica nos muestra cómo ha crecido rápidamente el interés en el tema a partir de mediados de 2010:

En España el interés llega algo más tarde, pero no tan tarde:

La primera versión de la página de la wikipedia para Hydraulic fracturing in the United States data de enero de 2007. La de Fracturación hidráulica de febrero de 2011.

El debate sobre el fracking en los medios de comunicación lleva al menos dos años siendo bastante vivo.

Hacer los deberes

Volvamos a la primera casilla. En diciembre se presenta una propuesta de ley para prohibir el fracking, en febrero el Govern de la Generalitat crea un grupo ad hoc para estudiarlo, y en marzo se propone la creación de otra comisión ad hoc en el Parlament que acaba aprobándose en abril en sustitución a la ley contra el fracking.

El argumento para posponer la decisión de prohibir el fracking por ley y en su lugar crear una comisión para estudiarlo es porque debemos ver todo esto en profundidad y porque los diputados no están lo suficientemente formados para emitir un juicio científico o técnico.

Y, sin duda alguna, estamos de acuerdo en el argumento, pero no en el momento en que este argumento se esgrime. Los representantes públicos deben tener las antenas puestas en la calle, donde el tema del fracking hace un par de años que se debate y uno entero que preocupa en tierras catalanas. Si no tienen las antenas puestas en la calle, lo mínimo que pueden hacer es tenerlas en el Parlamento: hace cuatro meses que se sabía que habría este debate. Cuatro meses para preparar el tema con «juicio científico o técnico». Mucho tiempo para poner a trabajar a los asesores y a los cargos de libre disposición que partidos y grupos parlamentarios tienen a sueldo del contribuyente.

Los académicos y profesionales de cualquier sector están acostumbrados a recibir llamadas de los medios de comunicación. Las de los representantes públicos, escasean. Encastillados en sus comisiones.

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