De los periódicos tayloristas a la vuelta al cuarto poder

Hasta ahora, el periodismo (como el cine, la música y otras industrias ligadas a la cultura) aglutinaba tres aspectos: continente, contenido y persona (autor / intérprete /…). En un ejemplo fácil, bajo un periódico había, realmente el papel soporte, la noticia y el periodista.

Una primera cosa que ha cambiado con la revolución digital es que continente y contenido se han desligado. Para siempre. Y este es un primer cambio que tiene muchas consecuencias (que suelen ser el tema de debate urbi et orbe).

La otra es que el continente, en muchos casos, es superabundante, lo que también tiene consecuencias en el papel de la persona (que no suele ser el tema de debate, o es a menudo falaz).

Resumiendo lo que podría ser una larga exposición, y para el caso del periodismo en concreto:

  • En mi opinión ya no es posible identificar diarios, emisoras o medios en general con los periodistas. Creo que la industria debe abandonar el apego que tiene sobre el continente. Las redacciones no deben vender papel.
  • La información deja de ser escasa. Las redacciones deben plantearse si venden información… o conocimiento. Antes, distribuir información tenía un valor añadido: ¡hacerla pública! Ahora… ¿sigue teniéndolo?
  • Todavía confío que la industria es necesaria: no para vender papel, ni para vender información, sino para validarla y enriquecerla, y no sólo necesaria, sino esencial. El problema es que esto hace que las redacciones tengan que abandonar estrategias tayloristas de producción industrial y masificada de información de bajo perfil. Hace que las redacciones tengan que abandonar estrategias basadas en el becario y otros profesionales escasamente competentes (no por ser incompetentes natos, sino, a menudo, porque los recursos con los que trabajan no les permiten más).

En definitiva, la revolución digital permite devolver los medios a su papel original — ser el cuarto poder — y abandonar su papel actual — una industria que da beneficios. Y, claro, para los industriales (que no suelen ser los periodistas), esto es muy duro. Pero (creo) es una segunda oportunidad para los periodistas (los de verdad) para volver a serlo.

Por supuesto el cambio de orientación requiere un cambio de modelo de negocio. Y viendo determinados programas de televisión y determinados periódicos, uno se pregunta cómo encaja un periodismo riguroso con semejante audiencia coprofílica y si habrá quien quiera pagar por un producto de calidad.

 

(Esta entrada se debe a un intercambio de correos con Àlex Gutiérrez en los que, después de dar varias vueltas, nos dimos cuenta que coincidíamos en casi todo. El detonante fue Gemma Urgell que nos habló de Media140.)

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6 Comments a “De los periódicos tayloristas a la vuelta al cuarto poder” »

  1. El cambio de modelo que apuntas reduce y especializa los grupos de información (¿de conocimiento?) y supongo que muy lejos de la tradición de la industria cultural. NO tengo claro que eso ponga a alcance de bolsillos particulares las más valiosas informaciones…

  2. Daniel3,

    No sé por qué debería reducirlos, pero sí comparto contigo que parece natural una mayor especialización que, también contigo, no ha sido la tendencia de la industria (con excepciones notables como The Economist, por poner un único ejemplo).

    Y lo de los bolsillos, yo también tengo ese recelo, aunque eso ya ocurría ahora: si querías información «de verdad», debías invertir en un buen departamento/agencia de medios.

    Pero al menos ahora está la posibilidad de puentear esa barrera, y seguramente los académicos tendremos un papel importante ahí: leer lo que esté cerrado, y comentarlo en abierto.

  3. Ismael
    Que bien ser detonante de semejante debate ;-)
    Me gusta pensar que es la industria de los medios de comunicación y no el periodismo lo que está en crisis. Considero que la revolución digital provoca que nos cuestionemos cual es el papel y las funciones/taeras del periodista. Como decía @janquim en la jornada de la catosfera «el día que los diarios dejen de contar notícias, compraré un diario». Y añado que, como tu apuntas, es en la especialización, en la investigación, en el análisi, en el filtraje, en la entrevista, en la crónica, es decir, en la esencia del periodismo, el futuro de la profesión.

  4. Buena y sintética entrada, Ismael. Concido contigo en el análisis sobre la indústria y, como dice Gemma, confio y creo que es la indústria la que está en crisis, no el oficio de periodista. A su vez, no obstante, los periodistas que hoy formamos en las universidades deberán tener un plus para poder emprender y ser ellos mismos sus propios empresarios para superar y puentear esa indústria.

    Por otro lado, de acuerdo con la idea de especialización. Ahora bién, mi experiencia académica y periodística me lleva a pensar que la especialización no cabe sino sobre la base de una excelente formación intelectual y cultural generalista. Y lamentáblemente encuentro muchos pretendientes a futuro periodista sin las mínimas inquietudes y, lo que es más grave aún, sin los mínimos conocimientos que serían requeribles cuando llegan a la universidad. Y esto complica aún más el panorama de la profesión a la que García Márquez consideró la más bella del mundo.
    Te agradezco que lo hayas tratado en este espacio.
    Saludos,

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