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Normalizar la e-situación

Hace unos años, en el mundo anglosajón y entre aquellos usuarios más intensivos de tecnología, se puso de moda utilizar la expresión snail mail — correo caracol — para referirse al correo que no era electrónico, es decir, el de toda la vida. Aquí, que no somos tan ocurrentes y sí más tradicionales, repasamos las crónicas para recuperar el adjetivo perdido: postal. En mi casa, correo es lo que escribo sentado ante un aparato electrónico. El otro, el que requiere bolígrafo, papel, sobre y sello, ese es el correo postal. El correo electrónico se ha normalizado perdiendo el adjetivo, atributo que ha recuperado el correo postal, que es el que merece énfasis y explicación.

Escribe Oriol Lladó en Vilaweb que él antes tomaba notas. No es el primero que habla en términos de (la aparente) oposición, de la disyuntiva, de tomar notas con utilizar un servicio en línea para, por ejemplo, seguir una conferencia y fijar algunas reflexiones. En Julio pasado, en una sonada (87 comentarios a día de hoy) diatriba en su blog, danah boyd (sic), investigadora de Microsoft Research New England, reclamaba su derecho a tener una vida cyborg , es decir, a usar su portátil donde fuera como otros usaban sus blocs de notas de papel.

Prácticas como tomar notas directamente a un blog, quedarse con una idea garabateando cuatro palabras mediante Twitter, utilizar este mismo medio o Delicious para retener (y, de paso, compartir) un puñado de enlaces, o utilizar una wiki para esbozar una idea o dibujar una lista de conceptos no son novedad. Es decir, lo que no es novedad es tomar notas, quedarse con una idea, retener unas referencias o esbozar ideas. Y el método debería ser lo de menos.

Cuando fijamos nuestros ojos en el cómo y no en lo que, es probable que nos parezca revelador lo que, en el fondo, es rutina. Es como los magos: nos distraen con las manos para que no nos demos cuenta de que todo es ingeniería y espejos (ingeniería de la buena, todo sea dicho).

Que no se me malinterprete. A menudo lo revolucionario no es hacer cosas nuevas, sino hacer las habituales de forma diferente: las primeras máquinas de vapor se utilizaron para hacer las mismas telas que antes hacíamos a mano, o para llevar la gente arriba y abajo como antes hacían los caballos.

Pero es, precisamente, para poder ser cronistas de una revolución, que debemos distinguir lo que es singular de lo que es mera transposición de rutinas.

Si Twitter, en sí mismo, es anodino, que es, pues, lo que es extraordinario?

Entrada originalmente publicada el 6 de Abril de 2010, bajo el título Normalitzar l’e-situació en Reflexions sobre periodisme, comunicació i cultura (blog de ESCACC, Fundació Espai Català de Cultura i Comunicació). Todos los artículos publicados en este blog pueden consultarse allí en catalán o aquí en castellano.

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