Se lanza hoy, para la comunidad de habla hispana, la iniciativa purposed/es para reflexionar sobre el propósito de la educación.
La iniciativa es relevante por los cambios sistémicos que estamos presenciando — fundamentalmente la revolución digital y todo lo que se desgrana de ella — así como cambios más puntuales — crisis internacional financiera y recortes en servicios públicos — que en parte derivan de la primera.
Aunque debería ser una costumbre recurrente, es imperdonable, en este contexto de cambios, (re)plantearse si lo que «siempre ha sido así» debe seguir siendo «así», si es válido o, simplemente, si seguirá siendo posible. Y la educación es, sin lugar a dudas, un objeto de debate de primer orden.
Algunos fundamentos sobre los cuales se edificó nuestro sistema educativo que (seguramente) nunca más serán válidos:
- La información es escasa y se concentra geográficamente en grandes centros del saber (universidades, escuelas, bibliotecas, centros de investigación…).
- Los expertos en una materia son también inaccesibles y suelen concentrarse alrededor de los grandes centros de saber.
- Solamente los expertos son capaces de crear más saber y difundirlo, porque solamente ellos tienen a su disposición las herramientas para hacerlo.
- La educación y la formación suceden durante una etapa de la vida y solamente en dichos centros de saber.
- Lo que aprendimos una vez lo podremos aplicar para siempre jamás en nuestros procesos productivos o en nuestro tiempo de ocio.
En mi opinión, dada la abundancia de la información, dada la accesibilidad de la misma (ya sea en «soportes» explícitos o tácitos), dada la posibilidad de crear y recrear, y dada la variabilidad del entorno, se hace más necesario que nunca que la educación dé un paso atrás y pase de enseñar algo a enseñar a aprender. Por tópico que parezca, me parece crucial que cualquier persona sepa interpretar los cambios en su entorno y diseñar un plan de aprendizaje como respuesta a dichos cambios.
En una sociedad industrial debíamos saber trabajar con máquinas para realizar determinados procesos. En una sociedad de la información, parece lógico pensar que debemos saber trabajar con estrategias de aprendizaje para poder incorporar nuevos saberes que nos permitan reiniciar el ciclo del conocimiento.
En la sociedad de la información el conocimiento es capital. Y la educación debe proporcionarnos las herramientas para gestionarlo en todas sus fases: desde la adquisición hasta el producto final.