Messi y el impacto de defraudar a Hacienda

La noticia del día es, sin duda alguna, que la fiscalía acusa a Messi de defraudar cuatro millones a Hacienda. Seguramente hay noticias más importantes, pero difícilmente las habrá más populares.

Ante semejante titular — y más allá de las necesarias cautelas sobre la presunción de inocencia del futbolista — hay dos reacciones que con mucha probabilidad se estarán dando en muchas casas.

  1. La primera, relativa a la cantidad: ¿cuántos son 4 millones de euros? Es decir, sí, sabemos que es mucho dinero, mucho más que la hipoteca que algún día pagaremos y mucho más que todo el dinero que jamás en la vida ganaremos con nuestro sueldo. Pero, ¿qué agujero hace ese dinero en materia de servicios públicos prestados por el Estado?
  2. La segunda, es la relativización moral del daño por provenir de alguien que cae bien, un héroe (del deporte) y no de un (por ejemplo) banquero o de un (por ejemplo) político corrupto.

Sobre la segunda cuestión no querría entrar. Allá cada uno con sus relativizaciones.

Sí creo, no obstante, que vale la pena poner en perspectiva qué significa que se dejen de ingresar 4 millones de euros en el erario público.

Supongo que se va comprendiendo la idea.

Por supuesto, se pueden defraudar 4 millones de golpe o se pueden defraudar de factura sin IVA en factura sin IVA y entre todos. El IVA de la revisión del coche, una mamografía. Suma y sigue.

De probarse el fraude, sería interesante llenar el campo con los 530 estudiantes que se han quedado sin escuela pública, los 685 invidentes sin poder usar el ordenador, las 40.000 mujeres (y sus parejas) viviendo bajo la sospecha del cáncer de mama, los damnificados por los incendios que el helicóptero no apagó, o los heridos que esperaron hasta el último suspiro la UVI móvil que no pudo comprarse. Y que le glosen los piropos que sin rubor se dedican a los héroes.

Ya me disculparán el tono amarillo de este apunte. Pero hay días en que uno no puede más. Porque los hay que tienen las pelotas de oro.

Comparte: