Por Ismael Peña-López (@ictlogist), 27 abril 2010
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El Pew Internet Project acaba de publicar Government Online, su último informe sobre gobierno electrónico. Aunque los dados se refieren a la población de los Estados Unidos para 2009, en España no estamos muy lejos — por detrás o por delante, según indicador — del caso norteamericano, por lo que resulta interesante recuperar aquí las principales conclusiones del informe.
Siempre para el caso americano
- Un 82% de los usuarios de Internet accedieron servicios y contenidos en línea desde webs gubernamentales;
- es decir, un 61% del total de adultos americanos;
- un 48% buscó información sobre políticas públicas;
- y un 46% consultó la oferta de servicios públicos;
- un 35% consultó datos o información pública.
Aunque los datos sobre un nivel superior de interacción son más modestos (19% aplicaron a un trabajo público, 15% pagó una multa), el informe deja claro que la información pública tiene una demanda creciente a través de Internet.
Es más, el informe también explica que los esfuerzos de las agencias gubernamentales de abrir su datos y ponerlos a disposición del público están teniendo su respuesta en los ciudadanos
y que los ciudadanos se organizan alrededor de plataformas en línea
, que las interacciones ciudadano-gobierno van más allá de la página web
y que en muchos casos los ciudadanos quieren compartir sus puntos de vista personales sobre la gestión del gobierno
. Dicho de otro modo, los datos públicos son la gasolina de la participación ciudadana, y cuando hay transparencia, hay incentivos para una mayor y mejor rendición de cuentas y un mayor compromiso ciudadano con su gobierno.
En España son seguramente paradigmáticas las plataformas e-Catalunya, la iniciativa de participación electrónica de la Generalitat de Catalunya, o el recién creado pero imparable Irekia, el proyecto de gobierno abierto del Gobierno Vasco (que incluye Open Data Euskadi para compartir datos públicos).
En mi opinión, y estos últimos datos me refuerzan en mis convicciones, los proyectos de gobierno electrónico basados en poner a disposición de la ciudadanía toda la batería de servicios e información pública en Internet tienen tres grandes impactos:
- Mayor eficiencia y eficacia de la Administración Pública, tanto a nivel interno, como externo, es decir, la relación con el administrado y el tiempo y recursos que este destina a la Administración también se hacen más eficientes.
- En base a esa mayor eficiencia, hay un impulso de la demanda de infraestructuras tecnológicas y, más importante, de competencias digitales, lo que redunda en una población más y mejor preparada para los retos de la Sociedad de la Información (es decir, reducimos la brecha digital).
- Se hacen cada vez más evidentes los motivos de la supuesta desafección ciudadana por la política y la gestión pública. En mi opinión, muchos ciudadanos dejan de participar en política no por falta de interés, sino por hastío de ver su tiempo y energías malgastados tontamente en beneficio de las agendas individuales de muchos políticos y gobernantes, que divergen de las de aquellos (esto último evidente con un repaso rápido a la prensa diaria).
En otras palabras, y adaptando el dicho: que la clase política y los gobiernos no tengan una estrategia clara y decidida en relación a la Sociedad de la Información, no solamente no los hace partícipes de las soluciones que otros están construyendo, sino que los hace parte del problema.
Por Ismael Peña-López (@ictlogist), 10 marzo 2010
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Encuentro en Zunia el documento de la OCDE The Financial and Economic crisis: Impact on E-government in OECD Countries. El informe recoge cómo los distintos miembros de la OCDE han adaptado su estrategia de Gobierno Electrónico a causa de la crisis económica.
Contra lo que se suele pensar — que las estrategias de gobierno electrónico son una carga añadida al día a día — los países han respondido a la crisis reforzando o acelerando la implantación de sus respectivas estrategias en esta cuestión. Es más, en muchos casos, la estrategia de gobierno electrónico forma parte de los planes anti-crisis de dichos países.
Entre los principales resultados del gobierno electrónico para luchar contra la crisis se espera que:
- se reduzcan los costes presupuestarios;
- aumente la eficiencia y la eficacia, aumentando la productividad;
- se reduzcan los trámites administrativos;
- mejore la coherencia y la calidad en la provisión de servicios públicos;
- haya mayor transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana;
- se estimule el sector privado gracias al gasto público en tecnologías de información y la comunicación;
- haya un impacto positivo en el medio ambiente (green IT).
El informe va más allá e intenta ligar el corto con el largo plazo, o dicho de otro modo, la recuperación económica en el corto plazo con las inversiones en el largo plazo:
- aumentando el rendimiento y reduciendo los gastos inútiles en el sector público;
- invirtiendo estratégicamente en áreas clave de gobierno electrónico nuevas e innovadoras;
- acelerando el gasto público en gobierno electrónico;
- reconstruyendo la confianza con el ciudadano;
- mejorando la calidad de los servicios públicos;
- transformando el sector público a través del gobierno electrónico.
Nos quedamos con las ganas de saber la opinión de España en estas cuestiones, ya que la OCDE no recibió nuestras respuestas. Una lástima, porque como ya hemos comentado, España tiene mucho que decir en materia de gobierno electrónico.
Por Ismael Peña-López (@ictlogist), 26 enero 2010
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Nos apunta Carlos Guadián que España está en el top ten del eGovernment según los últimos datos de la UNPAN.
La verdad es que los esfuerzos, tanto a nivel estatal como en algunos otros niveles de la Administración, han sido ingentes, tanto en el ámbito de la regulación como en su puesta en marcha. Y ahí están los resultados.
Como hace Carlos Guadián, incluyo el pantallazo de los resultados para España, pero en lugar de comparar con la media mundial, la comparación la hago con el líder regional, es decir, con el país que, en cada subíndice ha sacado la mejor puntuación en Europa. Al fin y al cabo, es con quién debemos medirnos (o no).
Estado del eGovernment en España 2010
Algunas observaciones:
- A nivel global, estamos relativamente cerca del Reino Unido. Hay que tener en cuenta que este país es un referente mundial (como ha estudiado Helen Margetts, por ejemplo) tanto por los servicios que el Gobierno presta a través de Internet, como por la movilización y activismo social que también tiene lugar en la Red (por ejemplo). Así pues, hay que felicitarse por este logro.
- Tanto a nivel de oferta (Online Service Index) como de preparación (Human Capital Index), estamos también muy cerca de los mejores. Habría que tener en cuenta, sin embargo, que ese Human Capital Index no incluye, en absoluto, cuestiones de alfabetización digital. No varía el índice (o sí), pero seguramente sí varía nuestra percepción de cuán preparados estamos para participar en línea: ese aspecto está, sí o sí, sobrevalorado con ese índice.
- En materia de interacción con el Gobierno (E-Participation Index) somos los mejores. No hay que confundir la posibilidad (la existencia de herramientas) de participar con el grado de participación en sí (que no se mide). Pero sí demuestra una predisposición de las administraciones a escuchar (sería interesante, claro, ver cuánto se participa y cómo afecta dicha participación en las decisiones de los gobiernos).
- En términos relativos, suspendemos estrepitosamente en materia de infraestructuras (Infrastructure Index). Nos lo han dicho por activa y por pasiva la Unión Europea y la OCDE, que nuestro mercado, eso de la competencia y los precios, como que no. O seguimos pensando que los telecentros están para cerrarlos y no para dar acceso y formación a los ciudadanos. Y ahí tenemos los resultados.
No puedo dejar de comentar la crucial importancia de los servicios de gobierno electrónico en el desarrollo de la Sociedad de la Información. Creadas unas infraestructuras mínimas y un marco legal adecuado, como es el caso de España, el siguiente paso es activar la demanda de servicios de Sociedad de la Información. De la misma forma que el uso de Internet entre los estudiantes no se consigue poniendo ordenadores en las aulas, sino cambiando las metodologías docentes, el uso de Internet no se extiende en los hogares subvencionando ordenadores, sino haciendo que Internet sea útil para el ciudadano. Dice mi colega Joan Torrent que ha hecho más el Barça por el uso de Internet en Catalunya que mil políticas de la Generalitat, al obligar a comprar las entradas del partido por Internet.
El Gobierno electrónico es lo mismo: la mayoría de personas serán competentes digitales no porque insistamos en que hagan un curso, sino porque se ahorrarán las colas del registro civil para obtener un certificado de nacimiento o porque corre la voz que presentar la Declaración del IRPF hace más rápida la devolución. Y una vez sean competentes digitales será más probable (aunque no necesariamente así, claro) que puedan acceder a mejores trabajos, participar en política o, simplemente, ahorrarse dinero en las vacaciones.