Venezuela y la censura de Internet

Freedom House es una fundación norteamericana con una histórica reputación en la defensa de los derechos humanos, especialmente la libertad de expresión.

Freedom House publica los también reputados informes Freedom in the World y Freedom of the Press donde, respectivamente, se analiza el respeto que en el mundo se tiene a los derechos humanos y a la libertad de prensa.

En 2009, Freedom House otorgó a la Venezuela de Hugo Chávez el dudoso honor de ser un país «parcialmente libre». En una escala del 1 al 7 (1, máximo nivel de libertad; 7, mínimo nivel de libertad), Venezuela obtuvo un 4 en el índice de derechos políticos y un 4 en el índice de libertades civiles. Dudas sobre la transparencia política, favoritismos, militarización de la sociedad o el empeoramiento de las relaciones diplomáticas son algunos de los motivos que, según Freedom House, hacen de Venezuela un país poco libre.

Si el país en general es poco libre, la prensa allí lo tiene peor. En una escala del 1 al 100 (100 el grado de libertad más bajo), Venezuela, con un 73, se considera un país no libre para la prensa. No se considera que Venezuela tenga ni un marco legal que favorezca la libertad, ni un marco político que favorezca la libertad, ni un marco económico que favorezca la libertad.

Ahora, el presidente Hugo Chávez intensifica su cruzada contra Internet, y tergiversando las palabras Angela Merkel que pedía que en Internet se cumpla la Ley, Chávez soflama contra sus críticos y manifiesta abiertamente su deseo de censurar sus libertades.

Visto el historial de alguien que, antes de ser presidente electo, fue militar golpista, y ha ido paulatinamente minando las libertades de sus ciudadanos, no sé de qué nos sorprendemos.

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Censura China en Internet: ¿acatar o no acatar?

Dice Bill Gates que la censura de Internet en China es muy limitada (también en El País. Después añade que Internet es un vector de libertad y democratización y que, si no acatas las normas, te arriesgas a ser expulsado (comercialmente, en su caso) del país.

Bien, eso son dos afirmaciones que hay que tomar por separado.

La primera es, simple y llanamente, falsa. De tan falsa, es vergonzante para Bill Gates el haberla pronunciado.

La libertad de expresión en general, y en concreto por Internet, está no solamente censurada sino perseguida y castigada en China. Hao Wu, Zeng Jinyan, Hu Jia son ejemplos de lo que se ocurre en China con la libertad de expresión, libertad política y otros derechos humanos. Global Voices calcula que 34 bloggers han sido arrestados o intimidados en China; OpenNet cualifica el control chino sobre Internet como “sustancial” (con lindezas como el “Great Firewall of China”); la prestigiosa Freedom House define a China como “no libre” en términos digitales; sabemos de la existencia del Firewall de China; sabemos también de acciones de contraactivismo poco éticas y con consecuencias violentas por parte del Gobierno Chino, etc. Y esto sin ser exhaustivos. En definitiva, un desastre en materia de derechos humanos.

Probablemente el Bill Gates quería enfatizar la segunda parte de su afirmación: hay que estar ahí para luchar desde dentro — le concederemos el beneficio de la duda. Afirma Bill Gates que Internet trae más libertad — estoy de acuerdo — y que o juegas al juego del Gobierno o te vas (o te echan). Ahí no lo tengo tan claro y seguramente habrá opiniones para todos.

Recuerdo una conversación parecida con mi compañero (entonces jefe) Joan Fuster. Hablábamos de la guerra de Bosnia y de cómo el Cruz Roja había callado al descubrir que había claros indicios de genocidio por parte del bando Serbio. La caballería se le vino encima a la Cruz Roja cuando la información se hizo pública, y la organización se escudó tras sus Principios Fundamentales, especialmente el de la neutralidad. Esta neutralidad, decían (y es verdad) había permitido a la Cruz Roja o la Media Luna Roja ser, a menudo, la única organización autorizada a prestar ayuda humanitaria, especialmente en conflictos armados. Sin embargo, la pregunta del millón era, ¿cuánta gente murió en los genocidios que, a lo mejor, se habría salvado con una denuncia a tiempo?

Las declaraciones de Gates, aunque en mi opinión tremendamente desafortunadas y con alto riesgo de ser sesgadas por intereses económicos, nos plantean una disyuntiva parecida: ¿qué deberían hacer Google o Microsoft? Si se quedan, podrán probablemente contribuir a «luchar contra el sistema desde dentro». Si se van, contribuirán con sus acciones a poner sobre la mesa, una vez más, la censura (y represión por todos bandos) del gobierno Chino.

¿Qué hacer?…

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