Más que cables. Indicadores de la sociedad de la información

El día 2 de mayo, a partir de las 19h en la sede de la UOC en Sevilla (Virgen de Luján, 12), participaré en la segunda jornada de [sic] Debates sobre tendencias en la Sociedad de la Información y el Conocimiento. La inscripción puede realizarse en el formulario del evento. Los usuarios de Twitter, pueden seguir #debateSIC. Habrá también streaming de vídeo.

La sesión está más pensada como debate que como una conferencia magistral. Marc Bogdanowicz — líder de grupo de Análisis de la Economía Digital del Centro Común de Investigación del Instituto de Prospectiva Tecnológica de la Comisión Europea — hará una breve introducción titulada Sociedad de la Información: ¿hacia dónde vamos? ¿y con quién?. Mi introducción pretende ser una crítica a la persistente fijación de las políticas con las infraestructuras, cuando, si bien necesarias y todavía en fase de despliegue, ya no deberían ser, en mi opinión, la principal prioridad.

Esta es, en síntesis, la presentación de mi introducción:

Más que cables. Indicadores de la sociedad de la información

Los conceptos “autopistas de la información” y “brecha digital” se acuñan a mediados de la década de 1990 para definir, por una parte, el gran potencial de Internet y, por otra, los riesgos de quedarse rezagado en lo que ha venido a denominarse la Revolución Digital.

Pasados casi 20 años, da la impresión de que algunos conceptos quedaron fijados en el pasado, mientras que la realidad cambia a ojos vista. Un ejemplo claro es la definición de “banda ancha”, que se fijó a nivel internacional en 256 Kbps hace más de 10 años y la definición sigue vigente. Aunque España actualizó el concepto en 2011 y consideró la velocidad de 1Mbps como servicio universal a partir del 1 de enero de 2012, es probable que esa velocidad sea considerada ya obsoleta para acceder cómodamente a muchos de los actuales servicios de Internet.

No obstante, el problema no es la poca actualización de los indicadores tecnológicos sino, precisamente, el absoluto sesgo hacia indicadores tecnológicos o relativos a la infraestructura. Así, todavía muchas de las decisiones públicas y políticas de desarrollo de la Sociedad de la Información se centran en el acceso a las infraestructuras dejando de lado, por ejemplo, cuestiones fundamentales como la competencia digital (que da lugar a la ya llamada segunda brecha digital), la existencia de contenidos y servicios de Sociedad de la Información, o la actualización del marco legal y regulatorio para acomodarlo a la creciente digitalización de la economía y la sociedad.

A medida que la penetración de Internet avanza y su uso está cada vez más extendido es necesario completar los indicadores de infraestructuras con otros indicadores de adopción y uso efectivo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Y, en base a dichos indicadores, diseñar e implementar políticas de fomento de la Sociedad de la Información que respondan a las necesidades reales de la población y no a los intereses o presiones de determinados sectores industriales.

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ICTlogy v6.0

Qué mejor forma de celebrar el día del libro que estrenando web, el libro personal que uno escribe a diario.

Hacía tiempo que la web había alcanzado una notable cantidad contenido y de muy diversa tipología. A grandes rasgos, convivían bajo el mismo techo, como mínimo, tres páginas web:

  • Mi página personal/profesional, con información de quién soy, a qué me dedico y, sobre todo, cuál es mi producción científica.
  • Los recursos que utilizo en mi trabajo (docencia, investigación y divulgación).
  • Y los dos blogs — académico, personal — con contenidos de actualidad.
  • A lo que cabría añadir toda la actividad en distintas plataformas de redes sociales y que, de alguna forma, también tenía reflejo aquí.

Por otra parte, han sido esas mismas plataformas de redes sociales así como la generalización del uso de buscadores lo que ha provocado que el punto de entrada a la web sea cada vez menos la página inicial, pasando a ser, literalmente, cualquier página.

Se hacía pertinente, pues, una reforma con tres objetivos en mente:

  1. Reordenar el contenido, la arquitectura del sitio.
  2. Cualquier página tenía que poder operar como página de inicio.
  3. Cualquier página tenía que facilitar al usuario el acceder a contenido relacionado, así como facilitar la identificación del autor cuando ello fuese especialmente relevante (como la producción científica).

A diferencia de lo ocurrido en los últimos ocho años, esta vez recurrí a la ayuda de profesionales. En concreto a la ayuda de Anna Fuster y Daniel Julià, del estudio Pimpampum. Ellos fueron capaces de repensar el sitio sin hipotecas ni sentimentalismos.

El resultado está a la vista.

A nivel visual, creo que hay que resaltar el inmenso trabajo de actualizar y ordenar la imagen gráfica, destacando los distintos tipos de contenido por colores, o reubicando contenido que estaba repetido o «estorbaba», y un largo etcétera de detalles..

A nivel técnico, lo más destacable es la idea de «widgetizar» el sitio, de forma que se pueda poner información de cualquier pieza (un blog, la bibliografía, el «sobre mí», etc.) en cualquier otro sitio que se considere necesario. Además, se ha hecho muy fácil esta gestión y creación de nuevas piezas, con lo que el sitio puede crecer ahora sin los corsés a los que estaba ceñido.

No me queda más que agradecer los buenos ratos — por creativos y por desafiantes — con @tartanna y @daniel_julia, de quienes he aprendido mucho en poco tiempo.

Y al lector, tanto al asiduo como al ocasional, gracias por estar ahí, al otro lado del cable. Como siempre, cualquier comentario es bienvenido.

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¿Cuánto cuesta un café? Para un jubilado, 12€

Estupendas, por sensibles y empáticas, las declaraciones del consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, José Ignacio Echániz, afirmando que Las medicinas van a ser solo ocho euros: son cuatro cafés. Es impresionante que, a estas alturas, conceptos como progresividad o regresividad de los impuestos y las tasas todavía no estén grabados a fuego en el imaginario de nuestros gestores públicos.

Los gastos en una economía — nacional como doméstica — siempre son mucho más fieles a la realidad cuando se toman en términos relativos que en términos absolutos. Vamos a calcular cuánto le cuesta un café a jubilado con pensión mínima en términos relativos a lo que gana, por poner un ejemplo, un consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha.

(más…)

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El fantasma del populismo 2.0 del 15M

Ahora que se acerca el primer aniversario del movimiento del 15M y se preparan nuevas movilizaciones para el 12M-15M, valdría la pena volver sobre los pasos del movimiento inicial y ver en qué está quedando.

En mi opinión, siempre he considerado que la apuesta del 15M tenía que ser de corte sistémico (contra unas propuesta de «detalles») y limitarse a pedir una democracia mejor, que esto pasaba por abandonar las plazas y tomar las ágoras y, sobre todo, que era necesario indignar a los políticos de base.

A medida que el movimiento evoluciona, me asalta la duda de si hay un plan o si bien la inamovible impasividad (o impasible inmovilismo) de gobiernos y políticos en general ha hecho derivar el movimiento del 15M hacia derroteros más populistas, más creativos en las formas que propositivos en los fondos.

Le robo (en parte) el título de esta relfexión a mi compañero Mikel Barreda, quien advertía, en 2007, sobre los renovados populismos en América Latina. En El fantasma del populismo (original en PDF en La Vanguardia, copia web en Tribuna Libre) define el populismo como un tipo de discurso político por el cual se divide la sociedad entre el pueblo y unos poderosos que someten y hacen sufrir al pueblo y lo caracteriza de la siguiente forma:

  1. Hay una crisis de representación donde los ciudadanos no ven respondidas sus expectativas políticas;
  2. El líder populista denuncia a los opresores.
  3. Recurso a la escenografía y la retórica.
  4. Debilitamiento de las instituciones democráticas y relegación a un segundo plano.
  5. Atención discrecional y clientelar a determinados colectivos, maniqueísmo y poco respeto al pluralismo.

Se me antoja que los puntos anteriores son más que resonantes con muchas de las características del 15M, especialmente aquel que es más visible y que también hacen más visible los medios (por desgracia, dado que hay otro 15M que trabaja y mucho fuera de los focos mediáticos):

  1. La crisis de representación es obvia. De ahí sale el lema no nos representan y, más importante, de ahí sale la constante necesidad de los cargos electos de blandir la ‘legitimidad de las urnas’.
  2. En mi opinión, y contrariamente a aquel 15M que trabaja fuera de los focos mediáticos, hay «líderes» (digitales) cuyo mayor empeño es esa denuncia del «opresor», a menudo (casi siempre) sin mayor aportación al debate que la identificación de los dos «frentes».
  3. La escenografía se ha materializado (es un decir) en las distintas plataformas de redes sociales (con especial énfasis en Twitter) y la retórica ha sido, claramente, la del «doscerismo» de oposición a «lo analógico»: no se pueden poner barreras al campo, somos la red, somos los internautas, la cultura es libre, el cambio es imparable, etc.
  4. Los partidos políticos, sobre todo, pero también todo tipo de institución de la democracia ha visto disminuida — y atacada — su utilidad y su legitimidad. Se incluyen aquí sindicatos y muchas organizaciones no gubernamentales, a las que se acusa de poca flexibilidad o de servilismo a quien las financia.
  5. Ligado a la escenografía y la retórica, ha habido y está habiendo, si no una atención discrecional y clientelar, sí simpatías y condescendencias a determinados colectivos. Estos colectivos — desde los movimientos nacidos de las nuevas formas de colaboración y trabajo en la red hasta los que la prensa tilda de «antisistema» (signifique esto lo que signifique) — han pasado de ser ejemplos de alteridad a constituir discursos y objetivos en sí mismos. En esta línea, ha habido y hay un «nosotros o contra nosotros», y no solamente poco respeto al pluralismo sino ataque a la disensión o a la ponderación, de la misma forma que esto se critica al pensamiento ortodoxo imperante.

La sensación que a uno le queda es que la mayor parte de la población vive embocadillada entre dos opciones antagónicas. Una es aquella con la que comparte las formas, el discurso, el imaginario, pero cuyo fondo ha ido alejándose más y más de la realidad y de las cada vez más acuciantes necesidades de la ciudadanía: son gobiernos, partidos y políticos que hablan de economía, paro y sanidad para referirse a sus prebendas, votos y sillas que calentar. Otra es aquella con la que empatiza en los fundamentos, en las propuestas e incluso en las soluciones, pero cuya música es, si no arcana, al menos disonante: son los nuevos activistas, enzarzados en un esfuerzo identitario de oposición a los anteriores, que indefectiblemente les lleva a formas de vanguardia desconocidas para el público en general.

Ante el populismo mendaz que practican esos despojos de la democracia representativa, el discurso más visible del movimiento 15M corre el peligro de instalarse en otro populismo, cautivo de sus propias formas e instrumentalizado en beneficio de sus propias servitudes. Sería una lástima que, al final, los extremos se tocasen.

Actualización 20120418 16:58

Respondiendo a la solicitud de John Postill en los comentarios, algunos casos para ejemplificar lo anteriormente expuesto, punto por punto:

  1. Sobre la crisis de representación, puedo referirme a entradas mías anteriores como Quiénes y cuántos son los indignados: delimitando la protesta con datos del CIS sobre desafección electoral, Percepción de la Corrupción en España, 1995-2011 con datos de Transparency International sobre corrupción, o Índice de Democracia, España 2006-2011 con datos del Economist Intelligence Unit sobre percepción de la calidad de la democracia.
  2. Sobre los líderes digitales con especial hincapié en la denuncia del opresor, se me antoja que #nolesvotes o V de Vivienda son dos ejemplos paradigmáticos donde se polariza el discurso, en el primer caso contra el actual bipartidismo y en el segundo (mayormente) contra la banca. Son, en mi opinión, discursos formalmente distintos al de Democracia Real Ya, por poner un ejemplo más ecléctico. La Asociación de Internautas (con, por ejemplo, su extinta iniciativa «Putasgae») o X-Net (antes EXGAE) son también claros ejemplos de lucha contra una ortodoxia dominante y autodefinidas «en oposición a». Hay también ejemplos de personas particulares que no creo necesario listar aquí (NOTA: quiero aclarar aquí comparto gran parte del fondo de estas iniciativas y otras más. Apunto solamente, aquí, que sus formas han podido derivar en aquellas que el populismo ha utilizado en otros lugares).
  3. Sobre la escenografía, creo que el caso más claro arranca con la Declaración de independencia del ciberespacio (John Perry Barlow, 1996) como punto de partida y el ¡Indignaos! (Stéphane Hessel, 2010) como punto de llegada de muchos debates protagonizados por el 15M. En el plano de las plataformas creo que huelga decir que ha habido una casi obsesión por el «hashtag» (#acampadasol, #redresiste, etc.), o con el sentimiento de «Red» y las especiales características de una arquitectura de red, con la digitalidad y su naturaleza intrínseca. Este, por una parte, sentido de rebelión y, por otra parte, de contraposición de lo tradicional contra lo digital se ha encarnado, sin lugar a dudas, en el hacktivismo de Anonymous (entre muchos otros) y su imaginario y discurso ciberutópico/ciberpunk.
  4. Sobre la legitimidad de partidos, sindicatos y ONG me remito al primer punto. Es también muy interesante la aportación que hizo Joan Coscubiela durante el Seminario «Comunicación y Sociedad Civil» en noviembre de 2011 sobre el papel de los sindicatos en el s.XXI, de las más lúcidas que yo he escuchado especialmente por provenir de alguien muy conocedor de la materia y poco sospechoso de antisindical. Y la reflexión que Fundación Esplai está llevando a cabo estos días en Ciudadanía y ONG me parece también sintomática de esa sensación descolocación que sufren también las organizaciones no gubernamentales.
  5. Por último, sobre la cuestión de los clientelismos, creo que no hay mejor representación que el cajón de sastre que es el manifiesto fundacional de Democracia Real Ya. Hablé también sobre esta cuestión en ¿Qué piden los indignados? donde, entre otras cosas, apuntaba a esas propuestas maximalistas que se daban en las plazas con el objetivo de acomodar todas las sensibilidades de aquellos que asistían a las asambleas.
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Manifiesto para universidades a la altura de sus misiones

Manifiesto por unas universidades a la altura de sus misiones

Para firmar, clicar aquí

A finales de enero de 2012, una enseñante-investigadora de la Université de Liège remitió su dimisión e hizo públicas en la universidad las razones de ésta, denunciando la degradación de las universidades europeas y, en particular, el productivismo y el arribismo circundante, que se han convertido en insoportables. La publicación del texto y sus ecos en la prensa y en la sociedad belga causaron una ola de apoyo inesperada, decenas de colegas se reconocieron en el diagnóstico y desean encontrar remedios. Muy rápidamente universitarios franceses y españoles se han unido al movimiento, confirmando el carácter europeo de la tendencia denunciada.

Después de distintos intercambios y reuniones de reflexión, se ha creado un sitio web y se ha redactado un manifiesto con el fin de promover un amplio movimiento de acciones y de debate en torno al futuro de nuestras universidades.

Es este el manifiesto que os proponemos firmar, no como se firma una simple petición destinada a terceros, sino como un compromiso para resistirse al proceso de desintegración y a actuar personalmente con el fin de recuperar una universidad a la altura de sus misiones.

Manifiesto por unas universidades a la altura de sus misiones (para firmar, clicar aquí)

Les universidades subvencionadas por medio de fondos públicos tienen tres misiones, la enseñanza, la investigación y el servicio a la sociedad, que se caracterizan por su imbricación y por sus finalidades.

Para los firmantes de este manifiesto, éstas misiones tienen como objetivo:

  • Conservar los saberes adquiridos a lo largo de la historia, producir nuevos saberes y transmitir unos y otros al máximo de personas junto con las controversias que los han rodeado o que los rodean;
  • Preparar a los estudiantes en las metodologías de investigación y en el análisis crítico de los desafíos y efectos sociales de los interrogantes, prácticas y resultados del ámbito científico, en el ejercicio de un pensamiento liberado de cualquier dogma, que busque el bien común, y en el desarrollo de una actividad profesional experta y responsable;
  • Alimentar la reflexión de las sociedades sobre ellas mismas y especialmente sobre su modelo de desarrollo.

Las formas actuales de gobernanza de las universidades contradicen esta visión de la institución universitaria.

Éstas formas adoptan como palabras estrella la eficacia, la rentabilidad y la competitividad. El proyecto que se propone a las universidades es volverse instancias de un máximo de producción en un mínimo de tiempo, de unos investigadores y de unos profesionales adaptados a las exigencias del mercado, flexibles y competitivos –el progreso de la humanidad se mide en términos de crecimiento económico y avances técnicos y el de las universidades, en términos de «masa crítica».

De esta suerte, y con unas consecuencias que encajan unas dentro de las otras:

Las universidades son sometidas a evaluaciones y auditorías internacionales cada vez mas numerosas que miden su productividad respectiva y permiten situarlas en rankings.

Sin negar el interés de la evaluación de las prácticas de las universidades y de sus efectos, debemos constatar que las evaluaciones actuales operan según criterios estrechos, la mayoría de veces puramente formales y calibrados sobre prácticas estandarizadas; que la competición entre universidades que éstas evaluaciones refuerzan favorece una carrera a la publicación que hace primar el número por encima de su valor intrínseco; que los procedimientos de evaluación son de un burocratismo irritante y que el mensaje que vehiculan recuerda constantemente a las universidades que la lógica a que se han de subordinar es la del mercado y de la normalización mundial.

Excluida de los recursos básicos de las universidades, la selección de la investigación susceptible de ser financiada queda estrechamente condicionada por los concursos de adjudicación y por la dimensión y el prestigio de los equipos que responden a éstos concursos.

Éste estado de cosas daña la identidad de la investigación universitaria, dotada por principio de un amplio margen de curiosidad y espíritu de innovación, que también poseen los pequeños equipos de investigación y los jóvenes investigadores sin un prestigio consolidado. Se ve así arrastrada a una carrera para trabar proyectos bien encuadrados dentro de los parámetros dominantes y bien presentados antes que proyectos que interesen desde el punto de vista del avance de los conocimientos.

En cuanto a la enseñanza, los recursos destinados a las universidades dependen la mayoría de veces del número de estudiantes matriculados.

En el caso de unos presupuestos bloqueados, esto conduce a una «caza de estudiantes» que entraña el peligro de disminuir la calidad de la formación ofrecida y asistir a la desaparición de disciplinas importantes pero poco solicitadas.

Se exige a la enseñanza universitaria que especifique las competencias profesionalizadoras que han de desarrollar los estudiantes.

Aunque es indispensable dotar a los estudiantes de las competencias necesarias para sus futuras actividades profesionales, la explicitación de éstas competencias expone a los docentes a privilegiar los saberes utilitaristas y «vendibles» en detrimento de las ciencias fundamentales y de los saberes de ámbito humanista, críticos y reflexivos.

Los servicios de gestión interna y de representación desarrollados por el personal universitario en su institución aumentan exponencialmente en perjuicio de los servicios comprometidos con la sociedad.

Los elementos que acabamos de enumerar contribuyen a que la tarea del personal universitario sea repetitiva y cada vez menos innovadora y acentúan el estrés laboral de un número creciente de personas; el investigador y el docente apasionados corren el peligro de perder sus ideales.

Los firmantes de éste manifiesto, a fin de promover su visión de la institución universitaria, hacen un llamamiento:

  • a garantizar a la investigación universitaria la libertad de exploración necesaria para todo descubrimiento, el derecho a la duda y el derecho al fracaso;
  • a encontrar un equilibrio entre las partes respectivas de los saberes críticos y operacionales, entre las competencias generales y las profesionalizadoras en las formaciones ofrecidas por las universidades;
  • a promover los servicios a la sociedad;
  • a detener la inflación burocrática, la carrera contrarreloj y otros factores de estrés que impiden al personal de las universidades desempeñar satisfactoriamente su trabajo;
  • a evaluar las practicas de las universidades y sus efectos en función de las finalidades de la institución universitaria y no de las expectativas del mercado.

A sus ojos, recuperar éstas necesidades pasa, sobre todo, por:

  • la afirmación de las finalidades de la institución universitaria tal como se han definido más arriba;
  • la refinanciación global de la enseñanza superior;
  • la utilización de criterios de asignación de los recursos públicos que promuevan la diversidad de la investigación y que protejan la calidad y la pluralidad de la formación ofrecida por las universidades.

Finalmente, hacen un llamamiento:

A los poderes públicos y a las autoridades académicas de las universidades a reconocer a las universidades unas finalidades conformes a su identidad y a su función social y facilitarles los medios para conseguir éstos objetivos;

Al personal de las universidades, que resista ante las medidas y prácticas que van en sentido contrario al de las propuestas de éste manifiesto; a abrir espacios de expresión y análisis profundo del malestar de los universitarios, de sus causas y de las pistas que puedan conducir a la solución; a movilizarse mediante acciones concretas –que será necesario definir según los contextos- para afirmar sus posiciones y propuestas allá dónde sea necesario; a apoyar a los movimientos y acciones que, fuera de la universidad, conduzcan a la búsqueda del bien común.

Para firmar, clicar aquí.

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Debates sobre tendencias de la Sociedad de la Información y el Conocimiento

Logo de los debates [SIC]

Con el objetivo de analizar y proponer un debate sobre las características y profundidad de ese nuevo marco de relación social, los retos que comporta, por ejemplo, desde el punto de vista de la inclusión social, o las oportunidades desde la perspectiva de los sistemas de salud, la participación social o la educación, se pone en marcha el ciclo de conferencias [sic]*: Debates sobre tendencias de la Sociedad de la Información y el Conocimiento.

El ciclo se compone de seis debates, en dos de los cuales participo:

1. Sesión de introducción. 18 de abril de 2012.

  • Temas: sociedad de la información, sociedad red y revolución tecnológica, y nos preguntaremos de qué manera han penetrado las TIC en las sociedades europea, española y andaluza, y en qué consisten o cuáles deben ser las políticas públicas en este ámbito
  • Participantes: Eva Piñar, Directora General de Servicios Tecnológicos y Sociedad de la Información de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía; Ramón Compañó, coordinador de Programas del IPTS-JCR de la Comisión Europea; Josep Lladós, director del Doctorado en Sociedad de la Información y el Conocimiento de la UOC.

2. Progresando hacia la Sociedad de la Información. 2 de mayo de 2012.

  • Temas: presente de la implantación de las TIC a diferentes niveles: infraestructuras, economía del conocimiento, marco legal, contenidos y servicios. Y profundizaremos en la dimensión económica de la sociedad de la información: empresas, recursos, innovación, etc.
  • Participantes: Ismael Peña, profesor de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC; Marc Bogdanowic, líder de la Unidad de Sociedad de la Información del IPTS-JCR.

3. Prospectiva Tecnológica. 16 de mayo de 2012.

  • Temas:prospección sobre cuáles son las tecnologías del futuro, los estándares de uso, los protocolos, etc.
  • Participantes: César Córcoles, professor dels estudis d’Informàtica, Multimèdia i Telecomunicació de la UOC; representante del IPTS por confirmar.

4. TIC y formación. 6 de junio de 2012.

  • Temas: aspectos de la relación entre formación y TIC. Analizaremos cómo la tecnología educativa ya está contribuyendo a modificar la forma en que se imparte la formación. Discutiremos sobre cómo las TIC pueden contribuir a perfilar la educación del futuro.
  • Participantes:
  • Magí Almirall, director del Área de Tecnología Educativa de la UOC; Yves Punie, científico senior en la Unidad de Sociedad de la Información del IPTS-JCR.

5. Las TIC para la Salud. 20 de junio de 2012.

6. TIC y participación ciudadana. 4 de julio de 2012.

  • Temas: cómo las TIC han modificado la relación de los ciudadanos con la administración pública, y haremos prospección sobre nuevas formas de participación basadas en el uso de las TIC, sobre transparencia, e-government, etc.
  • Participantes: Ismael Peña, profesor de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC; Gianluca Misuraca, investigador del IPTS-JCRde la Comisión Europea.

El ciclo de conferencias [sic]*: Debates sobre tendencias de la Sociedad de la Información y el Conocimiento está organizado por la Dirección General de Servicios Tecnológicos y Sociedad de la Información de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia de la Junta de Andalucía, el Instituto de Prospectiva Tecnológica del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, y la Sede de la Universitat Oberta de Catalunya en Sevilla.

Quiero agradecer a Eva Piñar y a Alfredo Charques tanto la iniciativa de organizar los debates — cuando reflexionar sobre el tipo de Sociedad de la Información que queremos es tan necesario — como, por supuesto, por la invitación a participar en ellas.

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