Cuando el sabio señala la desafección, los medios miran al Parlamento

De las muchas interpretaciones y reflexiones a las que invita el Avance de resultados del estudio 2984 Barómetro de abril de 2013 me gustaría quedarme con las dos siguientes:

  1. Por primera vez desde que el CIS mide la intención de voto, la suma de la abstención y el voto en blanco alcanzan casi un tercio de la población, situándose en concreto un 31,8%, situándola. Casi uno de cada tres españoles, de votar mañana, o se quedarían en casa o votarían en blanco.
  2. El porcentaje de la desafección es superior a la suma de los dos partidos principales (el llamado bipartidismo), que se quedan en un 26,2%; y es también superior a la suma de todo el resto de formaciones políticas, que alcanzan un total del 22,2% de la intención de voto.

Lo peor de todo no es eso, sino la tendencia y lo que nos dice, que puede verse mejor en las gráficas siguientes:

Lo que estas gráficas nos dicen son, en esencia, dos cosas:

  1. No que la desafección política se está convirtiendo en algo estructural, sino que su crecimiento se está convirtiendo en algo estructural desde marzo de 2004. No es algo aislado, no es algo puntual, ni tan siquiera una desafección estable: hace nueve años que la desafección crece a ritmo constante y, habría que ver, si no de forma acelerada los dos últimos años.
  2. Esa desafección no afecta únicamente a los dos grandes partidos, sino a todos: por cada cinco votos que pierde el bipartidismo, unos dos van al resto de partidos, mientras que los otros tres van a la desafección. Esos votos tres que se «pierden» pueden contabilizarse, perfectamente, también en el haber de los partidos minoritarios.

Es una locura.

Por supuesto, no es desafección política: es desafección institucional. Mientras los parlamentos se vacían de votos, las calles, las plataformas ciudadanas, los centros cívicos se llenan de ciudadanos deseosos de hacer oír su voz.

Y mientras todo esto sucede en los parlamentos y las calles, ¿cuáles son los titulares de los principales periódicos del país? Pasen y lean. Se puede incluso jugar a adivinar la cabecera por el titular:

No hace falta decir nada más.

(Nota técnica: para saber más sobre las gráficas, La Segunda Transición (II). Desafección política y La Segunda Transición (V). Cerrando el círculo de la desafección: la desafección retroalimentada.)

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