Otro análisis del 25N: de los partidos tradicionales a los partidos red

Esta es una entrada en dos partes sobre los resultados de las elecciones autonómicas catalanas del 25 de noviembre. El análisis se centra en si, además de los llamados eje nacional y eje social, hay un tercer eje que se opondría a la forma de hacer política de los partidos tradicionales con partidos más abiertos, más horizontales, más participados, es decir, incorporando como eje una mejora de la calidad democrática. En esta primera parte, Otro análisis del 25N: de los partidos tradicionales a los partidos red apuntamos algunas definiciones y damos rienda suelta a la imaginación. En esta segunda parte, La abstención como catalizador del tercer eje político aprovechamos los datos preelectorales de Metroscopia para ahondar en el tema y ver la abstención como un colector de indecisos/indignados que después reactiva al electorado hacia los partidos del tercer eje.

Ayer hubo elecciones autonómicas en Catalunya. La mayoría de análisis del día después — si no todos — se centran, evidentement, en los dos ejes sobre los que ha pivotado la campaña: el conocido eje nacional (soberanismo o catalanismo vs. unionismo o españolismo) y el eje social (izquierdas vs. derechas). Me gustaría proponer aquí un análisis con un punto de vista muy distinto: el desplazamiento del voto de la política tradicional a una política más centrada en la red, en la plataforma ciudadana.

Antes de nada, los resultados electorales:

Propongo un resumen rápido (vale la pena centrarse en los escaños, ya que el incremento de más de un 10% de la participación hace engañoso mirar únicamente los votos):

  • Los dos históricamente grandes partidos (CiU, PSC) pierden un considerable apoyo. A efectos prácticos, podemos decir que PPC queda aproximadamente igual.
  • Los dos partidos minoritarios (ERC, ICV) ganan apoyo, el singular crecimiento de ERC sin lugar a dudas por el carácter plebiscitario sobre la independencia de las elecciones.
  • Dos partidos «marginales» al sistema (Ciutadans, CUP) multiplican, en conjunto, su presencia por 4 — personalmente considero que Solidaritat Catalana per la Independència ha «devuelto» sus escaños a ERC (de donde salieron muchos de sus dirigentes) más que cederlos a las CUP, cuya respectiva naturaleza política no puede ser más distinta.

A continuación intento esbozar cómo han podido traspasarse estos votos de un partido a otro. Vale la pena enfatizar que el esquema que sigue es subjetivo, y ha tenido que basarse en la intuición personal a la espera que salgan los datos de las encuestas oficiales sobre voto emitido. En cualquier caso, y para disipar dudas, lo importante no es tanto si tal o cuál partido ha cedido más o menos votos a otras formaciones, sino la evolución global del voto de un tipo de formación política más tradicional, basada en la jerarquía y complejas estructuras internas, a otro tipo de formación política más horizontal, más asamblearia, más flexible, más participada, mas abierta y conectada con el exterior.

Veamos la composición de los tres ejes:

  • En el eje social: Izquierdas (ERC, PSC, ICV-EUiA, CUP, SI) vs. Derechas (CiU, PP, Cs) pasan de una ratio 52/83 a 57/78. Es un viro a la izquierda, pero leve (nota al margen, me cuesta ver a Cs como un partido progresista, igual que otros no ven a SI dentro de la izquierda. En cualquier caso, no es este el debate que me interesa ahora).
  • En el eje nacional: Catalanistas (CiU, ERC, ICV-EUiA, CUP, SI) vs. Españolistas (PSC, PP, Cs) pasan de 86/49 a 87/48. Probablemente puede situarse a ICV-EUiA fuera de este eje, donde tiene una posición bastante neutral: esta exclusión cambia por supuesto la relación Catalanismo/Españolismo (y esto está siendo objeto de debate para dirimir si hay mayor o menor mayoría soberanista o no en el Parlament) pero no cambia mucho la evolución de la ratio de unas elecciones a otras.
  • En el eje tradicional/en red, sí hay cambios mucho mayores: si tomamos únicamente como partidos en red a las CUP y Cs, la relación pasa de 3/132 a 12/123. Si somos algo más generosos y tenemos en cuenta la naturaleza asamblearia de ERC así como el tímido pero decidido acercamiento de ICV-EUiA a las plataformas ciudadanas (además de la naturaleza «de barrio» de algunos de sus componentes), la ratio partido red/tradicional cambia de 23/112 a 46/86.

En mi opinión, si algo ha salido en claro de las elecciones autonómicas catalanas del 25 de noviembre es una acentuación del abandono de los partidos tradicionales hacia formas más participadas de hacer política.

Ciutadans ya había irrumpido en 2006 en el Parlament de Catalunya — como UPyD en 2008 en el Congreso — con una forma distinta de hacer política. Recordemos que Ciutadans nace como plataforma política y tiene como eje importante en su discurso la oposición frontal a la «partitocracia».

Por su parte, Esquerra Republicana de Catalunya siempre ha sido un partido con un funcionamiento ligeramente distinto al tradicional, mucho más abierto y plural. De hecho, muchos achacan a su asamblearismo el no haber podido hacer compatible la política de bases con la política de un partido en el gobierno cuando estuvo en los dos tripartitos. Y si ha habido alguna evolución de ERC en el último año es, precisamente, librarse del «aparato» que desarrolló mientras gobernaba para volver a las esencias. La movilización de las plataformas soberanistas y la interacción del partido con ellas no ha hecho sino reforzar ese espíritu asambleario, de calle, del partido.

Esta evolución — aunque muchísimo más tímida — también se ha vivido en ICV-EUiA. Después de un inicial desconcierto durante el 15M y los meses posteriores, creo que es innegable que ha habido un acercamiento del partido a los movimientos sociales y plataformas ciudadanas — muchas de ellas participadas por sus bases más jóvenes. Ello, y el empuje de la crisis, ha hecho que en el acercamiento de partido y ciudadanía movilizada haya habido una cierta (e, insisto, todavía tímida) capilarización en nuevas formas de hacer, siendo el buque insignia la campaña Catalonia Is Not CiU, así como acercamientos a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o a organizaciones como Coop57.

No obstante, la estrella de esta evolución de una política tradicional a un partido en red es, sin duda alguna, la Candidatura d’Unitat Popular (CUP). Las CUP, un partido asambleario como pocos, entró en el debate sobre si participar en las elecciones como solamente las CUP podían hacerlo: a través de un (largo) proceso de deliberación y voto entre sus bases y simpatizantes. También fue muy participada la recogida de avales para poder presentar una candidatura. De la misma forma, su campaña así como sus caras visibles se han centrado en dar la voz no tanto al candidato/partido sino a los destinatarios de sus políticas y, por extensión, a la ciudadanía en general. Las CUP son consideradas por muchos como lo más cercano o lo más compatible con el ideario del 15M.

¿Quién más? Aunque fuera del arco parlamentario, vale la pena poner de relieve los resultados de Plataforma per Catalunya y Vía Democrática, el PACMA, el Partido Pirata de Catalunya, la misma UPyD o FARTS.cat. Aunque sin escaños, han visto incrementados sus votos en un 30%, el triple del crecimiento de la participación en las elecciones (es decir, no atribuible o no solamente atribuible a una mayor participación). Estos partidos, aunque con idearios muy distintos, forman también parte de ese entramado de plataformas ciudadanas (neoliberales, anti-partidistas, de corte transversal o temáticas) que proponen nuevas formas de aproximarse a la política. No hay que subestimar su peso: en conjunto, suman más votos que las CUP con sus 3 escaños.

Más allá de la izquierda o la derecha, más allá del debate nacional, se erige como eje político que considerar no qué política se hace sino también cómo se hace dicha política. Cobra importancia una política de proximidad, más participada, y participada en el sentido de influir, no de ser consultado y, a veces, incluso escuchado por el propio partido.

Hay una plataforma ciudadana (o más) para cada problema y dichas plataformas están siendo cada vez más eficaces en la consecución de sus objetivos. Parecería que algunos partidos empiezan a ceder a la presión de planificar contra objetivos, abandonando la retórica de las grandes ideologías, y acercándose a una ciudadanía que cada vez está más organizada con la ayuda de la tecnología, y que se organiza con o sin los partidos — o contra ellos si hace falta.

Habrá que ver, en los próximos años, si esta impresión de una transición hacia el partido red, hacia la plataforma, es algo puntual a la espera de ser absorbido por «el sistema», o bien un primer aviso de un cambio que se avecina.

Actualización 17:59 26/11/2012: A raíz de algunos comentarios en Twitter, creo que vale la pena hacer dos comentarios.

  1. Que haya separado los partidos en dos bloques (tradicionales, en red) no significa, necesariamente, que los bloques sean homogéneos dentro de sí. Es evidente que las CUP son muy distintas de Ciutadans, o de UPyD, o de eQuo. Lo que tienen en común, no obstante, es que son diferentes en su aproximación a la política y a la forma de relacionarse con el ciudadano/votante que el resto de partidos tradicionales, éstos mucho más homogéneos entre sí. Dicho de otro modo, lo que hace similar a las CUP y Ciutadans es que son distintas a cualquier otro partido. Lo que nos lleva al siguiente punto.
  2. Un partido red, a diferencia de uno tradicional, es difícil de caracterizar, precisamente por su condición de red, que se compone y se descompone, crece, mengua, se transforma. Por tanto, su estructura interna es difícil de tipificar, por cambiante, lo que además hace difícil de compararla a la estructura de otro partido. No obstante, lo que sí es un rasgo común es la forma como esas redes son abiertas y colaboran, cooperan, se entrelazan y a menudo confunden con otras redes externas al partido, redes ciudadanas, plataformas cívicas. Es aquí donde me gustaría incidir: cuando hablo de estructuras organizativas distintas querría poner el énfasis en el partido en sí mismo como un nodo dentro de la red política/democrática, y no tanto en la estructura interna del partido.

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18 Comments a “Otro análisis del 25N: de los partidos tradicionales a los partidos red” »

  1. Felicitats pel post, aportant dades i qüestions interessants resumides en un gràfic deliciós i suggeridor. L’últim paràgraf condensa la fortalesa i incertesa del futur: serà capaç el sistema de fagocitar aquestes «noves fórmules de relacions políticosocials»? Quina és la teva opinió?

    • Jo crec que hi haurà canvi de sistema, o potser més probable, profunda transformació de l’actual. Les dades sobre les maneres de participar (Norris & Curtice, 2006; Rainie, Purcell & Smith, 2011) no són contundents, però sí amb una tendència cada cop més clara: orientació a tasques, a objectius, a curt termini, flexibilitat, no afiliació sinó contribució puntual.

      Amb dos exemples: té sentit que pugui estar a la PAH i a V de Vivienda; no té sentit que no pugui estar a ICV i a ERC en els punts que tenen en comú.

  2. Perdona que discrepi…
    C’s no el vec com un partit red… Crec que surt de les escurrialles dels grans partits del bipartidisme… a catalunya PPSCIU…
    Una altra cosa amb la que discrepo, és amb l’anàlisis purament formal de la clara tendència observada en les últimes eleccions a catalunya. Estic molt d’acord amb l’anàlisi sobre ERc i el seu «assamblearisme» o treball de base.
    Amb aquest supòsit… les forces assamblearistes, per a una nova forma de fer política i, sobretot, més «social» sumarien més de 500.000 vots més que en el 2010. ERC+ICV+CUP
    En general, no és només una tendència d’una nova forma de fer política sinó que vé carregada de contingut: antiausteritat, regeneració democràtica i política, defensa d’allò públic i dels «commons»…

    • Quim,

      Sobre Ciutadans, em remeto a l’actualització que he fet abans. Jo també el veig molt diferent a d’altres xarxes, però la seva naturalesa de plataforma, amb enllaç a petits mitjans, grups alternatius (encara que siguin antipolítica, ara no jutgem això), etc. crec que és manifest.

      Sobre que he fet una anàlisi purament formal, hi estic d’acord: aquest era l’objectiu de l’apunt, centrar-me en les formes ;)

  3. Respecto antes de la crisis y debates independentistas, todo sigue igual, los indecisos que votaron PSC se los han repartido «notablemente» hacia partidos (1/3)catalanistas y (2/3)Españolistas.

    PARTIDO 2012 2006 VAR.
    CIU 50 48 (+2)
    ERC 21 21 (=)
    PSC 20 37 (-17)
    PPC 19 14 (+5)
    ICV 13 12 (+1)
    C’s 9 3 (+6)
    CUP 3 0 (+3)

    • Como he dicho antes, lo que yo pretendía aquí era centrarme en un tercer eje, el cómo se hace política, cómo se organiza el partido alrededor de o en relación a la ciudadanía. Dejo la parte de contenido aparte.

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  5. Eso no explica por qué el partido red por excelencia (Pirates de Catalunya, que toma todas sus decisiones por democracia directa por internet, que publica sus cuentas en internet, que tiene más fans/followers que la mayoría de partidos mayoritarios, que ha tenido el vídeo electoral más visto del #25N, etc…) no ha obtenido mejores resultados.

    Además, al evitar el eje social y el nacional, y estar en el extremo del eje de la red, ¿no hace de contraejemplo a tu hipótesis?

    Saludos,

    • DZPM,

      Pirates ha obtenido un 300% de los votos respecto a 2010 (de 6.451 a 17.942), cuando la participación ha crecido «solamente» un 10%. Eso son resultados mucho mejores, aunque haya quedado fuera del arco parlamentario.

      No me parece un contraejemplo, sino todo lo contrario.

      Por supuesto, hay más factores que explican porqué o porqué no un partido obtiene representación parlamentaria.

  6. La meva anàlisi em diu un altre cosa.

    Si considerem que la partitocràcia (es a dir, els partits tradicionals que han governat Catalunya des de la democràcia) com a CiU, ERC, PSC, PP i IC, aquests han passat de obtenir un 49% (2.615.126 / 5.363.688) del vot sobre el total del cens a un 56% (2.962.020 / 5.257.252)

    És a dir, la partitocràcia ha sortit reforçada. Em sembla que caldrà canviar el discurs del #NoEnsRepresenten.

    • Estic d’acord amb la teva anàlisi, Santi, però crec que alguns partits (i dins d’aquests alguns, uns més que altres) estan fent apropaments interessants vers un altre tipus de política. Crec que ERC és un d’ells i crec que ICV està fent passes interessants per apropar-s’hi. També em consten projectes de «partit xarxa» dins el PSC.

      Com deia, el més important no és, per a mi, la foto fixa, sinó la tendència :)

      • Pots tenir raó, però fa 30 anys que sento que els partits s’han d’obrir i ser més participatius, i no ha passat mai.

        L’únic que fan és, per instint de supervivència, fer veure que són el que no són, i/o adquirir les «startups» que creuen que els poden «prendre vots» (com va fer IC amb Els Verds, per exemple).

        Però m’encantaria que tinguéssiu raó! xD

  7. La teva anàlisi em suggereix una altra idea que, en tot cas, no és antagònica sinó complementària al que dius. Potser vaig errat, però tinc la sensació que el sobiranisme no només busca l’assoliment d’un estat independent, sinó que també troba el seu sentit en el fet de voler crear un estat nou, un estat diferent basat en altres models de participació. Un model d’estat més bottom-up en tots els sentits. Repensar o rellegir l’opció sobiranista en clau de tercer eix podria ser un exercici interessant.

    • Xavier,

      Estic segur que el que dius és el cas de les CUP, sense cap mena de dubte. I sembla que ERC també podria estar recuperant part del discurs social en aquest sentit.

      Dubto, però, que sigui el cas de CiU. I als fets em remeto.

      • Sí, sí, de fet la devallada de CiU ve a confirmar aquestes intuicions. Molta part del votant sobiranista no vol un estat propi fet a l’antigua usança –que és el que ofereix CiU–, sinó utilitzar el procés per arribar a tenir un estat ben diferent. Ara la incògnita és com maduren ERC i ICV, en el sentit d’entendre la pràctica política d’una altra manera.

        Anirem veient..!

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