Por qué la pobreza sube aunque baja el riesgo de pobreza

El pasado 20 de noviembre, el INE publicaba la actualización de la Encuesta de nivel, calidad y condiciones de vida. En la nota de prensa (PDF) se afirmaba en el titular de la misma que La población en riesgo de pobreza es del 21,6%, frente al 22,2% del año anterior. Si bien es cierto que el mismo INE se daba prisa después a matizar esta afirmación, a detallar cómo se mide el riesgo de pobreza, lo relativo de su medida, los motivos que pueden causar un cambio en la misma, etc. lo cierto es que lo que queda en la retina es que «la pobreza baja».

El riesgo de pobreza es un indicador que considera a una persona en riesgo de pobreza a aquella que percibe un 60% o menos de la renta mediana. Recordemos, además, que la renta mediana no es la renta media (el total de las rentas divididas por el total de personas que las perciben), sino que es la renta que tiene la persona que, ordenada toda la población por su renta, queda justo en la mitad de la distribución.

Sin embargo, y como veremos a continuación, no solamente la pobreza no ha bajado, sino que ha subido en cantidades nada despreciables: dado que la renta ha bajado en general, la renta mediana de referencia para el cálculo del indicador también ha bajado. Y es por este motivo que, al estar todos más apiñados en el fondo, las distancias parecen haberse recortado y, con ello, el riesgo de pobreza.

El riesgo de pobreza como medida de desigualdad

El INE, en su misma nota de prensa, ya advierte que:

La población en riesgo de pobreza es un indicador relativo que mide desigualdad. No mide pobreza absoluta sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población.

Veamos con un simple ejemplo que ello no es así. En la tabla siguiente contemplamos dos escenarios donde 5 ciudadanos tienen rentas distintas en el Año 1 y en el Año 2.

  Año 1 Año 2
  Renta % sobre
mediana
Renta % sobre
mediana
Ciudadano 1 475 1,19 1500 5,00
Ciudadano 2 450 1,13 1000 3,33
Ciudadano 3 400 1,00 300 1,00
Ciudadano 4 230 0,58 200 0,67
Ciudadano 5 210 0,53 140 0,47

Tabla 1. Dos escenarios para el cálculo del riesgo de pobreza.

La tabla nos muestra como para el Año 1, el ciudadano 1 (el más rico) no alcanza a tener más de un 20% de la mediana (aquí representada por el ciudadano 2), mientras que hay dos ciudadanos (4 y 5) que quedan por debajo del umbral del 60% y, por tanto, caen dentro de la definición de pobreza.

Para el año 2 la renta del ciudadano 3 (la mediana) ha caído un 25% y pasa de 400 a 300. Es decir, es más pobre. Dado que su renta es la referencia para el cálculo del umbral, vemos que aunque las rentas de los más pobres también han caído, ahora solamente el ciudadano más pobre cae dentro de la definición de pobreza, mientras que el ciudadano 4, aunque su renta ha bajado de 230 a 200, pasa de ser pobre a no estarlo, con lo que en el nuevo escenario, a pesar de que la mayoría son más pobres, hay menos ciudadanos en riesgo de pobreza.

Hay dos consideraciones más a hacer a este ejemplo. El primero, redundando en el caso del ciudadano 4 que deja de ser pobre, es que si bien su renta actual (200) es incluso menor que la renta del ciudadano más pobre en el año anterior (210), no por ello cae ahora dentro del intervalo que atribuimos a la definición de pobreza. Si a ello le añadimos que probablemente haya habido inflación de un año para otro, esos 200 tienen todavía menos poder adquisitivo, con lo que es todavía más pobre y, sin embargo, no se le considera en riesgo de pobreza (ahondaremos en esta cuestión después).

La segunda consideración es sobre la capacidad de este indicador para reflejar la desigualdad. En el año 1, el ciudadano más rico tenía una renta superior en un 19% a la mediana, mientras que el más pobre la tenía un 47% menor. En el año 2, el ciudadano más rico tiene cinco veces la renta mediana, mientras que el más pobre no llega ni a la mitad. Y sin embargo, el riesgo de pobreza nos dice que el año 2 es mejor que el primero en términos de «desigualdad». Es más que evidente que ello no es así.

El riesgo de pobreza como medida de la pobreza absoluta

Aunque el mismo INE, así como los medios que han reproducido la noticia, insiste en que el riesgo de pobreza no mide pobreza absoluta sino cuántas personas tienen ingresos bajos en relación al conjunto de la población ello tampoco es del todo cierto, o sí lo es pero solamente tomando una foto fija de la situación, dejando de serlo cuando comparamos a esas mismas personas consigo mismas a lo largo del tiempo.

Hay dos motivos por los cuales el riesgo de pobreza falla a la hora de calcular los ciudadanos más desfavorecidos incluso en términos relativos a lo largo del tiempo:

  1. El primero, ya lo hemos visto, es que la mediana cambia resituando a todos los agentes en el mapa con independencia de lo que suceda con su poder adquisitivo. Si el poder adquisitivo de un ciudadano baja (lo que a todas luces significa que es más pobre), no es de recibo que deje de ser pobre por el solo hecho de que haya menos distancia entre él y los que cobran un poco más que él. Dicho de otro modo, mientras el riesgo de pobreza se mide en relación a los demás, obvia medir cómo evoluciona uno en relación a uno mismo.
  2. El segundo, que hemos apuntado de paso más arriba, es que por la forma como está construido el indicador, no tiene en cuenta la inflación. Igual que sucede con los movimientos de la mediana de referencia, el poder adquisitivo también se ve afectado por el valor real de la renta, más allá de su valor nominal. Un país en el que las rentas no variaran ni un céntimo a lo largo y ancho de toda la población mantendría los mismos valores de riesgo de pobreza aunque la inflación hubiese multiplicado los precios por 1000 dejando el poder adquisitivo de los ciudadanos a nivel del suelo.

¿Y esto es muy importante? Lo es.

Tomemos los datos de la misma nota de prensa del INE. Creámonos que el umbral de riesgo de pobreza que se calculaba para 2009 es «bueno». Es decir, creemos que los hogares de una única persona son considerados pobres de 7.714€ para abajo y que los hogares de 2 adultos y 2 niños lo son de 16.199€ para abajo.

Dado que la inflación acumulada desde 2009 hasta hoy es aproximadamente de un 9%, esos 7.714€ de 2009 devienen 8.408€ en 2013, y los 16.199€ de 2009 devienen 17.657€ en 2013. Es decir, si actualizamos por la inflación, y queremos que el mismo pobre de 2009 lo siga siendo en 2013, los umbrales de pobreza para 2013 deberían ser 8.408€ y 17.657€ para familias de uno o cuatro miembros respectivamente. En cambio, los datos para 2013 son de 7.040€ y 14.784€, mucho más bajos y, por tanto, dejan de considerar como en riesgo de pobreza a… un montón de gente.

Las siguientes gráficas ilustran esta divergencia. La línea roja coge de referencia los valores de 2009 y los actualiza con la inflación. La línea azul son los umbrales calculados por el indicador, sin inflación (porque no entra en la fórmula de cálculo, claro) y con la mediana moviéndose en función del movimiento general de las rentas:

Total, un 19% de desviación del umbral actualizado con base en 2009 y el umbral calculado efectivamente.

La distancia que hay entre cada una de las líneas son pobres que dejan de contabilizarse cada año. O, en otros términos, personas que estaban bajo el umbral que define la pobreza en 2009, cuyo poder adquisitivo se ha visto reducido y, no obstante, ahora ya no computan como en riesgo de pobreza.

¿En términos absolutos? Es difícil calcularlo, pero según los datos de Hacienda sobre la distribución de la renta en España fácilmente estaríamos hablando de alrededor de 1.500.000 a 2.000.000 personas.

No está nada mal.

Rehaciendo el titular del INE habría que afirmar, pues, que la población en riesgo de pobreza baja un 0,6% al computarse dos millones de pobres más que en el año anterior.

NOTA: el tratamiento informativo que hace el INE del indicador es más que riguroso y prudente. Con lo aquí escrito no quiero criticar, ni mucho menos, su labor. Es mi único objetivo aquí poner de manifiesto el riesgo de utilizar algunas herramientas (como el indicador de riesgo de pobreza) para fines para las que no fueron diseñadas. Aunque se podría añadir aquí que se me escapan los fines para los que fue diseñado este indicador en particular.

NOTA 11/01/2015: Gracias a los comentarios de José Antonio Noguera (@josenoguerauab) corrijo algunas expresiones («estar en riesgo de pobreza» por «ser pobre») que eran simple y llanamente erróneas. ¡Muchas gracias!

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