Le robo el título Inhibidores de democracia a Jorge Campanillas porque me parece que expresa muy bien el cúmulo de despropósitos que han venido a converger en un único día en el Congreso de los Diputados.
No voy a elaborarlos porque creo que se explican por sí solos.
- El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, comparece a puerta cerrada en el Congreso de los Diputados para explicar la estrategia del BCE ante la crisis.
- Algunos diputados del Grupo la Izquierda Plural critican la medida y anuncian que retransmitiran por Twitter la comparecencia, bajo la etiqueta #OpenDraghi.
- El presidente del Congreso,
Jesús Posada bloquea la cobertura de telefonía móvil del Congreso de los Diputados
para así evitar que se pueda difundir la comparecencia por ningún modo telemático. - Los mismos diputados Izquierda Plural consiguen grabar y compartir la comparecencia de Mario Draghi.
- Un discurso que, a final de cuentas, el propio BCE ha acabado colgando en su página web.
- Apenas un rato después, se debate si van a tramitarse (no si van a aceptarse) sendas iniciativas legislativas populares sobre la dación en pago y la declaración como bien de interés cultural de los toros.
- Se trata, insisto, de debatir si se tramitan dichas ILP, no de si se aprueba su texto. Es, pues, una cuestión de democracia y no de contenidos.
- El PP había anunciado vetar el derecho a debatir una ley a petición popular, aunque debido a la tremenda presión popular (y probablemente por el reciente suicidio por un caso de desahucio) ha cambiado el sentido de su voto a última hora.
- Otros partidos se abstendrán (Grupo Socialista) o vetarán (ERC, ICV, CiU y PNV) el derecho a debatir otra ley a petición popular.
Es descorazonador.
Por una parte la ciudadanía tiene que literalmente enfrentarse a sus representantes electos para que le dé la información que le es necesaria para formarse una opinión: comparecencia a puerta cerrada, inhibición de telefonía móvil para evitar comentar el proceso en abierto…
Por otra parte, dichos representantes censuran y vetan este derecho hasta más allá de lo imaginable. Además de intentar frenar la divulgación de la información, se vetan las iniciativas ciudadanas que, a pesar de haber cumplido con los procedimientos establecidos por la Ley (y eso es así aunque al final se decida tramitar la ILP de la dación en pago: la cuestión es de actitud, que no ha cambiado a pesar del cambio de voto).
Por último, incluso quienes creen defender y abanderar los derechos de la transparencia y la democracia, equivocan — repito: equivocan — sus decisiones vetando a su vez las políticas que les son contrarias incluso antes de que su debate tenga lugar, cayendo tan bajo como los primeros. Puede que los toros no sean tan «dignos» como los desahuciados, pero la ILP en sí misma sí lo es. En términos de forma, de derechos democráticos, no hay ninguna diferencia entre la ILP para la dación en pago y la ILP de los toros como bien de interés cultural. Ninguna.
Es, simplemente, descorazonador.
En el momento de cerrar estas líneas hay una euforia no contenida por el anuncio de que el Congreso tramitará la ILP sobre la dación en pago
. Perdonen que no la comparta. En el Congreso hoy se ha vivido, punto por punto, lo más deleznable de la falta de democracia: apriorismos, partidismos, falta de diálogo. En definitiva, negación de la democracia.
Es absolutamente descorazonador.
NOTA: mi posición sobre los toros la dejé clara en Toros no: centrando el debate y Toros no: cuestión de libertad. Votaría siempre que no a los toros, igual que votaría siempre que sí a tramitar cualquier ILP que les haga referencia.