Bloques electorales, bloques deportivos

En España, la Ley Orgánica 5/1985 del Régimen Electoral General establece que los medios de comunicación públicos deben dar un determinado tipo de cobertura a la actividad de los partidos, lo que en la práctica se ha convertido en lo que popularmente se denominan bloques electorales. Los periodistas no han perdido nunca la oportunidad de posicionarse contra dichos bloques, defendiendo, sobre todo, que atentan contra la libertad de expresión.

Critican, los periodistas, que los bloques electorales no son fieles a la realidad informativa, a la actualidad. Así, más allá de una cuestión de derechos y libertades (libertad de expresión, derecho a la información, etc.), hay una o varias cuestiones técnicas: los bloques electorales no respetan lo que se entiende por noticia o hecho noticiable, con lo que se da voz a información irrelevante, poco nueva o poco pertinente, mientras que se silencian otros hechos o reflexiones que sí podrían contribuir a conocer y comprender mejor el mundo que nos rodea.

Más o menos como ocurre con los bloques deportivos.

Hace bastante tiempo que tenemos establecidos entre nosotros los bloques deportivos en los informativos de los medios de comunicación públicos — dentro de los privados también, pero estos no los pagamos directamente con nuestros impuestos y, por tanto, la reflexión pertenece al consumidor y no al ciudadano, que es el mismo pero distinto.

Estos bloques deportivos son, como los bloques electorales, espacios fijos dentro de los informativos en los que se dedica un determinado tiempo a cubrir la información deportiva. Como en los bloques electorales, la duración de los bloques deportivos es también más o menos fija, con independencia del día de la semana o el momento del día. Como en el caso de los bloques electorales, los bloques deportivos reparten de forma interna la cobertura en diferentes deportes y diferentes clubes o personalidades, con sólo leves adaptaciones en función de si lo que se reporta es verdaderamente noticiable o no.

Afirmaba recientemente Enrique Meneses en la revista Jot Down que enviamos más periodistas los torneos de fútbol que a la revuelta que ha habido en Mali. Y ese es, creo, el drama de todo:

  • Actualidad: los bloques deportivos, en su inmutabilidad, se hacen cortos de viernes a lunes, rebosantes de novedades deportivas, para pasar a cubrir las más absurdas trivialidades el resto de la semana. La mayoría de piezas de los bloques deportivos no superarían un examen basado en las 5W y otros criterios elementales de qué es una noticia.
  • Proximidad: los bloques deportivos tienen siempre o casi siempre imágenes o cortes de voz de primera mano para ilustrar la noticia — cosa que no ocurre con muchas otras de las secciones de economía, política o internacional, donde se recurre mucho más en el archivo. Con independencia del contenido, el «continente» se nutre «democráticamente» de los mismos recursos (o más que el resto de secciones). Esto pasa a base de adulterar torpemente la proximidad de la noticia, haciéndonos seguidores de ligas extranjeras en persecución e idolatría del héroe local, no fuésemos a curzárnoslo, deportivamente hablando, en un probable futuro.
  • Magnitud: los bloques deportivos se rellenan de corresponsales enviados o dedicados a cada liga o campeonato, o incluso a determinados clubes y personalidades. Mientras, en la prensa no deportiva, hay países por no decir continentes enteros que son cubiertos por un único corresponsal, un corresponsal que informa tanto de una emergencia nuclear a miles de kilómetros, como de una devaluación de la moneda a miles de kilómetros de la primera y de uno mismo. La magnitud de estos hechos, sin embargo, se ve mermada por construcción, por la cobertura que se da. Cerrando el círculo del mundo informativo paralelo.

Como sucede con los bloques electorales, los bloques deportivos distorsionan la realidad y desvirtúan el trabajo del periodista.

Aunque ningún periodista parece haberse quejado todavía. Quizás es que ya les/nos va bien a todos así.

Entrada originalmente publicada el 7 de enero de 2013, bajo el título Blocs electorals, blocs esportius en Reflexions sobre periodisme, comunicació i cultura (blog de ESCACC, Fundació Espai Català de Cultura i Comunicació). Todos los artículos publicados en este blog pueden consultarse allí en catalán o aquí en castellano.

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3 Comments a “Bloques electorales, bloques deportivos” »

  1. Hola Ismael, te felicito por la reflexión. Estoy de acuerdo en todo lo que aportas, respecto a la desmesurada importancia que los medios otorgan al bloque de «información» deportiva. Esto todavía llama más la atención cuando se realiza desde medios públicos, en los que no debería primar tanto la audiencia como la calidad y una ética en la información. Si los medios públicos no nos garantizan estar debidamente informados, ¿quién lo hará? Esta debería ser su función básica, basándonos en que la ciudadanía debe estar bien informada, por derecho.

    Únicamente me gustaría añadir un matiz, y es que yo creo que casi sería mejor cambiar el nombre de «bloque de información deportiva» por «bloque sobre fútbol». Si no, mejor preguntamos a los karatekas, jugadores de basket, nadadoras, luchadoras, etc. que ganaron cerca de 20 medallas para la delegación española en los pasados Juegos Olímpicos de Londres, a ver si están contentos con el seguimiento que les hacen los medios, también los públicos.

    Un saludo.

    • De acuerdo que el fútbol es hegemónico. Punto. Pero.

      También se destina mucha atención a deportistas patrios que compiten internacionalmente (tenis, coches, motos…) u otros que hemos exportado a ligas ajenas (baloncesto…).

      De hecho, últimos son casos sangrantes por individuales y por defender colores ajenos (por de irlo de algún modo).

      :)

  2. Es cierto, y SOLO se les presta atención si se codean con la súper-elite, casos de gasoles, nadales, alonsos… Pero cuando se habla de ellos no se habla de esos deportes, sino sobre unos deportistas convertidos en marca comercial y de baloncesto, tenis o automovilismo no se da información. Se convierte a esos deportistas en un producto que les dé audiencia. ¿Por qué un deporte minoritario es digno de ser de actualidad informativa solo cuando hay un deportista patrio que despunta? ¿Qué valores transmite eso?

    Así pues, la situación del resto de deportes no varía mucho, puesto que hablar de esas individualidades les ayuda bien poco a la hora de tener presencia mediática.

    Sin más, un saludo y prometo vigilar este blog que he descubierto hace nada y me parece más que interesante. Gracias por los post ;)

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