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Actualizando el perfil político en España tras el 15M

En mayo de 2011, tras las elecciones municipales, esbocé un perfil político en España tras el 22M. Como esbozo, no era ni análisis rigoroso ni análisis en absoluto, sino una forma de poner en colores lo gris que estaba la política en España recién pasadas las convulsiones del 15M y los resultados de aquellas elecciones, que para sorpresa de no pocos, no solamente no cambiaron de tendencia sino que acentuaron la que había, y que habría que culminar en las legislativas de aquel invierno.

La propuesta de perfil era la siguiente (la explicación del gráfico está algo elaborada en Perfil político en España tras el 22M):

El análisis del último barómetro del CIS de Julio 2012 nos retrotrae a aquel análisis y, en mi humilde opinión, lo confirma a fuego y lágrimas.

A estas alturas quedan poco menos que dos grandes opciones en la política española.

  1. Una opción «hacia abajo»: Traspasar algo de responsabilidad a los ciudadanos, en base a una cesión de más y mejor información para una toma de decisiones públicas más legitimada.
  2. Una opción «hacia arriba»: en el último estertor de soberanía nacional, intentar que lo que se llama Unión Europea y no es más que una unión monetaria sea, efectivamente, una unión socioeconómica, en lo monetario como en lo fiscal, en lo económico como en lo social. Si se va a ceder soberanía a otras instituciones superiores, que no sean estas solamente de lo económico, sino también de lo político.

Queda, a lo mejor, una tercera vía, una vía que consista, con la ayuda de las instituciones, en salvar la política aunque sea a costa o menoscabo de los partidos. Desafortunadamente, no hay voluntarios en las instituciones, centrados como están en el instrumento y no en la función.

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