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El votante 2.0 a peso: más PDF y menos Twiter

Hace 10 años, Lou Marinoff escribió Más Platón y menos Prozac con la idea de abordar los problemas de la vida cotidiana no desde los síntomas, sino atacando las causas; no parcheando con química, sino reflexionando con profundidad sobre lo que nos angustia o nos preocupa.

Leo en El País — A la caza del votante 2.0 — que este otoño se prevé el asalto definitivo a Twitter por parte de los partidos catalanes con motivo de las inminentes elecciones autonómicas. Y que con ello se pretende contactar personalmente con el votante y escuchar su opinión. Permítanme que lo dude.

Que no se me malinterprete: creo que Twitter es una herramienta muy poderosa en el ámbito de la política y el ejercicio saludable de los derechos democráticos. Sin ir más lejos, el rendimiento que se le ha sacado a esta herramienta en los plenos del Parlament durante la legislatura que ahora termina ha sido extraordinario: ha habido información y transparencia, ha habido debate; y encontronazos; y propuestas. Creo que ha habido, en definitiva, más y mejor democracia, y por ello estoy personalmente agradecido, como ciudadano, al President Benach y a los diversos diputados (de todos los partidos) que se han unido a hacer de la actividad parlamentaria algo plural.

Pero el panorama político 2.0 de este otoño pinta muy distinto.

Instalados como estamos en una democracia como maximización de votos (frente a lo que uno desearía que fuese una democracia como ágora de participación), Twitter da a los partidos tres ventajas que antes no tenían:

  1. Por una parte, segmentar mucho más el mensaje y el receptor para que sea todavía más fácil que este último oiga lo que quiere oír. Y, habiendo oído lo que se quiere oír, facilitar al máximo la transmisión en cadena del eslogan. RT la transmisión en cadena del eslogan. RT la transmisión en cadena del eslogan.
  2. Por otra parte, saltarse el cedazo de los medios. Si ya nos hemos acostumbrado a las ruedas de prensa sin preguntas, ¿cómo no vamos a aceptar los mensajes de Twitter sin respuesta? Y, si no hay preguntas ni respuestas ¿para qué los intermediarios? (que, además, ya tomaron partido hace años y tampoco se espera análisis ni crítica por su parte, dicho sea de paso).
  3. Por último, datos cuantitativos sobre el «apoyo ciudadano» a las «propuestas» del partido en tiempo real. Tantos seguidores en Twitter, tantos otros en Facebook. Con independencia del sentido del apoyo, o de la calidad del mismo. El votante 2.0 a peso, como los libros que algunos amontonan en sus estantes.

Algunos creemos que la democracia es algo más que el apoyo incondicional al partido (y, simétricamente, la incondicional destrucción del contrario). Algunos creemos que la democracia es algo más que un sufragio puntual e irreflexivo por desinformado.

Cabría esperar un PDF por cada afirmación que se haga en Twitter. Cabría esperar un espacio de debate por cada PDF colgado en un servidor.

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