Con apenas unas horas de diferencia, cierran dos proyectos bien populares en el ámbito castellanoparlante de la web: Balzac.tv y Nikodemo. Me veo incapaz de hablar de su calidad, éxito comercial, sostenibilidad financiera y otras variables, básicamente por falta de datos y para evitar entrar en subjetividades.
Sí creo que vale la pena incidir en tres aspectos que creo que han concurrido en el cierre de ambas iniciativas, y que creo que son tres grandes retos (probablemente los más importantes) que actualmente enfrenta todo proyecto que pretenda hacer negocio con los contenidos digitales en Internet (en orden inverso de importancia):
Endogamia
En España solamente un 8% hace un uso avanzado de Internet y solamente un 6% del total de ventas se hacen online (más datos en Goverati: ¿Una alternativa a la democracia representativa?). Aunque el uso de los medios sociales es ya muy elevado y sigue una tendencia creciente, quienes hacen un uso intensivo de la Red son todavía pocos. Y la oferta de Balzac.tv y Nicodemo, aunque de corte muy popular, me aventuro a afirmar que debía tener una base muy estrecha, centrada la intersección de una determinado estrato socioeconómico, tramo de edad y entorno/perfil cultural/educativo específico: el perfil del internauta experto.
Un modelo económico basado en audiencia con una población potencialmente limitada por una pequeña base es un problema. Puede que no a corto, pero sí a largo plazo. ¿Soluciones? Héctor Milla apunta unas cuantas en la entrada de despedida de Balzac.tv que, por algún motivo, no parecen haber llegado a tiempo. En general, la cuestión debe estar en salir de la blogocosa, diversificar, tener una estrategia crossmedia…
Microfinanciación
Contra el modelo anterior, basado en la cantidad de audiencia, tenemos el modelo basado en la suscripción y el pago por contenidos.
15 años después de la apertura de Internet al público en general, parece que todavía no hemos encontrado una solución fácil, rápida, popular, escalable de articular estructuras de microfinanciación. Conocemos casos de éxito tanto sobre microcrédito como sobre micropagos. Y sin embargo parece ser que no salimos de los casos típicos.
Desconozco si el problema está en destino (la gente es todavía reticente a prestar o pagar por Internet — seguramente es así) o en origen (los contenidos no se valoran — con razón o no — lo suficiente como para apostar o pagar por ellos). La cuestión es que no son modelos generalizados, ni mucho menos.
Y la cuestión es que, con la digitalización de procesos y contenidos, los costes se vienen abajo: parecería lógico que las nuevas estructuras de negocio basadas en costes bajos y pequeños nichos de mercado tuviesen a su alcance nuevas estructuras de financiación basadas en microaportaciones. Pero todavía no es así.
Volatilidad de audiencias y contenidos
Las cadenas de televisión saben lo que cuesta retener una audiencia. En un mundo donde los canales no se cuentan por decenas o por centenares sino por miles o por millones, retener la audiencia en Internet es un problema varios órdenes de magnitud superior que en el caso de la televisión.
Por otra parte, mientras las televisiones se estructuran como grandes empresas de contenidos (en plural), la mayoría de iniciativas online se estructuran como proyectos productores de contenido (en singular): empresas vs. proyectos, contenidos vs. contenido. Aunque esta es una burda simplificación, espero que sirva de ejemplo didáctico: mientras cualquier cadena española puede sacar de la parrilla un programa que se muere y sustituirlo por algo nuevo y fresco (seguramente nuevo y fresco en apariencia, pero ahora no hablamos de eso), Nikodemo no puede deshacerse de Cálico Electrónico y Balzac.tv no puede deshacerse de la comedia humana del XXI porque, a muchos efectos, lo uno es lo otro y lo otro es lo uno. Empresas vs. proyectos, contenidos vs. contenido.
No pretendo dar lecciones a nadie. Al menos no a los empresarios, ni a los que sobreviven ni a los que tienen que cerrar. En cualquier caso, sí un aviso a navegantes a quien pueda hacer algo por alimentar la demanda en la Sociedad de la Información española, tanto desde gobiernos como desde la iniciativa privada. Algunos aspectos a considerar:
- Ampliar en cantidad e intensidad de uso de la base de usuarios de Internet;
- posibilitar una retribución de los contenidos acorde con el beneficio percibido, tanto a nivel técnico como legal;
- fomentar la formación del sector en gestión empresarial (extrapolando algunas de las conclusiones del informe El Sector empresarial de les Tecnologies de la Informació i la Comunicació a Catalunya, 2009 sobre el sector de las TIC en Catalunya).
Seguramente hay mucho más que reflexionar, pero esto eran solamente tres breves comentarios.