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Los datos públicos son la gasolina de la participación ciudadana: Informe del PEW Internet Project

El Pew Internet Project acaba de publicar Government Online, su último informe sobre gobierno electrónico. Aunque los dados se refieren a la población de los Estados Unidos para 2009, en España no estamos muy lejos — por detrás o por delante, según indicador — del caso norteamericano, por lo que resulta interesante recuperar aquí las principales conclusiones del informe.

Siempre para el caso americano

Aunque los datos sobre un nivel superior de interacción son más modestos (19% aplicaron a un trabajo público, 15% pagó una multa), el informe deja claro que la información pública tiene una demanda creciente a través de Internet.

Es más, el informe también explica que los esfuerzos de las agencias gubernamentales de abrir su datos y ponerlos a disposición del público están teniendo su respuesta en los ciudadanos y que los ciudadanos se organizan alrededor de plataformas en línea, que las interacciones ciudadano-gobierno van más allá de la página web y que en muchos casos los ciudadanos quieren compartir sus puntos de vista personales sobre la gestión del gobierno. Dicho de otro modo, los datos públicos son la gasolina de la participación ciudadana, y cuando hay transparencia, hay incentivos para una mayor y mejor rendición de cuentas y un mayor compromiso ciudadano con su gobierno.

En España son seguramente paradigmáticas las plataformas e-Catalunya, la iniciativa de participación electrónica de la Generalitat de Catalunya, o el recién creado pero imparable Irekia, el proyecto de gobierno abierto del Gobierno Vasco (que incluye Open Data Euskadi para compartir datos públicos).

En mi opinión, y estos últimos datos me refuerzan en mis convicciones, los proyectos de gobierno electrónico basados en poner a disposición de la ciudadanía toda la batería de servicios e información pública en Internet tienen tres grandes impactos:

  1. Mayor eficiencia y eficacia de la Administración Pública, tanto a nivel interno, como externo, es decir, la relación con el administrado y el tiempo y recursos que este destina a la Administración también se hacen más eficientes.
  2. En base a esa mayor eficiencia, hay un impulso de la demanda de infraestructuras tecnológicas y, más importante, de competencias digitales, lo que redunda en una población más y mejor preparada para los retos de la Sociedad de la Información (es decir, reducimos la brecha digital).
  3. Se hacen cada vez más evidentes los motivos de la supuesta desafección ciudadana por la política y la gestión pública. En mi opinión, muchos ciudadanos dejan de participar en política no por falta de interés, sino por hastío de ver su tiempo y energías malgastados tontamente en beneficio de las agendas individuales de muchos políticos y gobernantes, que divergen de las de aquellos (esto último evidente con un repaso rápido a la prensa diaria).

En otras palabras, y adaptando el dicho: que la clase política y los gobiernos no tengan una estrategia clara y decidida en relación a la Sociedad de la Información, no solamente no los hace partícipes de las soluciones que otros están construyendo, sino que los hace parte del problema.

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